martes, 8 de septiembre de 2009

Capítulo 4

Antes de que me mateis por inculta, deciros que en los dialogos que hace Mary (El nuevo personaje) no he puesto comas para k de la sensación de hablar rapido y sin pausas, k os valla bien y no murais axfisciados leyendo ^^ 4 Un coche aparcó en la entrada y una rubia oxigenada del tipo barbie Malibú salió de él. "¡oh no! ¿ese experimento de barbie vive aquí también?" Esto iba a ser duro, odiaba a ese tipo de chicas y ellas me odiaban a mi también. La puerta de entrada se abrió. -¿Holaaaa? ¿ha llegado la chica nuevaaaa?- Se escuchó como subía las escaleras rápidamente con el tap tap de sus tacones y como un rayo entró en mi habitación con una enorme sonrisa en la boca. -¡Hola! soy Maria Fiore Mary para los amigos ¿como te llamas? esto es genial estaba harta de ser la única chica en la casa Vincent es amable y simpático pero Break…- “¡oh dios!” aullé interiormente. Hablaba disparando las palabras como una metralleta, sin tomar ni un trago de aire, esto iba a ser peor de lo que imaginaba. -Hola, soy Liset- Le corté rápidamente. -Wuu-aa-uuu eres muy linda casi como una hermanita pequeña o perdona ¿Cuantos años tienes? porque no se si serás una de esas chicas que aparentan menos edad de la que tienen pero realmente te ves pequeña ups lo siento ¿hablo demasiado?- “Sí, tanto como para querer coserte la boca con tranza. “ -Eeehh... tengo 16 y estoy muy cansada, acabo de llegar y aún no he dormido nada- Soné todo lo agotada que podía, intentando que así se fuera para dejarme descansar. -Oh si perdona yo tengo 17 Break es americano y tiene 18 casi 19 años ¡oh! en verdad se llama Leslie es uno de esos chicos a los que los padres les ponen nombres unisex y no saben el sexo del niño hasta que nacen pero no lo llames Leslie enfrente suyo o morirás jeje Vincent ya tiene los 19 es el mayor y se comporta como un padre... "¿Se asfixiaria alguna vez? Espero que sí, o yo misma lo haré. " Notó que no le prestaba atención y bajó el ritmo de su incesante verborrea. -Disculpa estas cansada bueno yo me voy también a dormir acabo de llegar de trabajar y uff jeje me voy ya encantada espero que seamos graaaandes amigas- Y sin quitar la enorme sonrisa de su cara, se marchó. Me acosté con la ropa puesta, estaba demasiado cansada para cambiarme, Me centré en la suavidad de la almohada, lo bien que me sentía tumbada en la cama, y lo suaves que eran las sábanas… dormí profunda y pesadamente sin sueños ni nada. Desperté en la oscuridad, con la ruidosa alarma del reloj, marcaba las 21:00h. Ujj ¿Había dormido 13 horas? La casa estaba en silencio, excepto por los crujidos que hacían las casas viejas por las noches. Afuera, el viento golpeaba fuerte contra las ventanas, y podía escuchar las suaves notas de piano, sueño de amor de Fran Liszt sonaba al otro lado de la habitación, ¿Esa Barbie escuchaba música clásica? no puede ser y el chico punk del sofá tampoco tenía pinta de que le fueran ese tipo de músicas. Salí de mi habitación dejándome llevar por la música, me llevó hasta la primera puerta a la izquierda de las escaleras, llamé y la música paró. La puerta se abrió y por ella asomó un chico alto, más alto y corpulento que el chico del sofá, moreno de pelo revuelto y ojos de un celeste muy claro, era... ¡muy guapo! no del tipo hermoso, más bien del tipo salvaje y sexy, y estaba… Oh Dios Mío, ¡¡Sin camiseta!! No era para nada a lo que estaba acostumbrada a ver. Los vampiros no son esas bellezas que cuentan las historias, son como cualquier humano, más pálidos y guapos, pero no de belleza extraordinaria, aunque si les mirabas a los ojos, te capturaban embelesándote aunque fueran horrendos, eran de constitución delgada y simple, más elegantes que salvajes, aunque con un simple movimiento de un solo dedo te podían lanzar a Acapulco. El chico me miró ceñudo como evaluándome. -¿Liset Brigantti?- preguntó. -Hum- solo conseguí asentir, estaba embobada con el chico sexy. -Soy Vincent Palermu, el dueño de la casa, aquí cada uno va a su aire pero hay reglas. La renta debe ser dada el primer día de cada mes sin un día de retraso, el toque de queda es a las 21:00h a menos que tengas trabajo, si tienes hambre hazte la comida, y no cojas nada que no sea tuyo sin el previo consentimiento de su dueño- Asentí tragando saliva, tan fuerte que incluso me hice daño, tenía un tono de voz muy autoritario, como un padre había dicho la barbie, más bien parecía un sargento. -Bien, yo me voy ahora a trabajar, trabajo de noche y no vuelvo hasta el amanecer, duermo todo el día, no me importan los ruidos, pero no tolero las peleas- su voz sonaba completamente autoritaria y su cara mostraba una ligera hostilidad. -Um- volví a asentir, me veía como una completa tonta. Tras eso, me cerró la puerta en las narices. “¡Oh dios!” No solo tenía que convivir con una barbie tonta y un punk malhablado, sino, que ahora también con un guaperas con complejo de sargento, ¿pensaría que soy idiota? ¿Tal vez retrasada? ¿¡En qué estaba pensando!? Definitivamente esto iba a ser un infierno. Bajaba las escaleras en dirección a la cocina. Estaba a la derecha de las escaleras, justo en frente del salón, ambas habitaciones sin puertas. Al fondo enmarcada por una gran ventana doble había una encimera de granito que iba desde la izquierda justo después de la puerta hasta la derecha en forma de L con armarios donde se guardaban las conservas, a la derecha, una nevera bastante vieja y en el centro una mesa cuadrada con cuatro sillas de madera. Abrí la nevera, y ¡oh! estaba vacía… Se me apareció en la mente un vago recuerdo de una horrorosa nota. (la nevera esta bacía si quieres algo ve a comprarlo) Ajj, tendría que haber salido ayer a comprar algo, bueno ya compraría algo por el camino. Escuché la puerta cerrándose y el rugir del motor de un coche viejo. ¡Perfecto! Vincent se había marchado sin siquiera un adiós. Subí a mi nueva habitación, me vestí con mi ropa favorita para salir de caza, y me abastecí con mi pequeño arsenal de armas, bien ocultas debajo de mi ropa y en la pequeña mochila que me colgué a la espalda. Salí escopetada de la casa, sin mirar atrás ni un solo instante, no quería cruzarme con ninguno de mis nuevos “compañeros de piso” y me dirigí al centro del pequeño pueblo en busca de un poco de diversión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario