domingo, 27 de septiembre de 2009
Capítulo 9
Esta vez me dirigí directamente al barrio “comercial” y comencé a buscar cualquier indicio de basura vampira. No tardé mucho en encontrarla, más bien, ellos me encontraron a mí.
-¡Hey, bocadito! Vas muy ligerita de ropa, ¿no crees?-
Ante su comentario me miré, para darme cuenta de que con las prisas, había salido en pijama, acalorada por la rabia, no me había dado cuenta de que hacía tanto frío.
Otro asqueroso desperdicio de vampiro se acercó.
-¿Te has perdido niñita? Puedo ayudarte a encontrar tu casa -
Rodé mis ojos ante sus comentarios estúpidos.
-¡Hey estúpido! ¡Es mía, yo la vi primero!-
Se quejó el otro.
-¡No, yo la vi primero! ¡Tú solo te acercaste antes! Por lo tanto ¡es mía! -
Bostecé increíblemente aburrida y cansada. Saqué mi Zig y de un rápido doble tiro les volé la cabeza.
Era lo bueno de los vampiros convertidos, que eran increíblemente fáciles de matar, al contrario de los sangre pura que solo se les mataba con la luz del sol y claro a ver quien era el guapo de pelearse con esos.
Volví a la casa, pasado ya el cabreo y vestida con los cortos pantalones del pijama, aunque fuera verano, seguía haciendo frío de noche.
Increíblemente, nadie se había levantado, con todo el jaleo que habíamos montado antes en el jardín Vincent y yo.
¿Sabrían Mary y Break que Vincent era un hombre lobo? Probablemente no, de todas formas decidí no decir nada hasta hablar apropiadamente con Vincent.
La hermosa mujer del espejo me miraba sonriente, hacía ya un par de semanas que la ya nítida imagen de la mujer, se movía a su antojo y no imitando mis movimientos como al principio, era extraño, sabía que esa mujer no era yo, pero aún así, sentía como que de alguna forma era ella.
-¿Quién eres?- Volví a preguntar como las anteriores noches.
Llevaba soñando con esa mujer desde que tenía uso de razón, no siempre soñaba con ella, claro, pero siempre acababa soñando con ella. Empezó siendo solo una figura borrosa en el espejo y con los años fue adquiriendo la claridad con la que ahora la veía.
Ella nunca me respondía, solo se limitaba a sonreír y a mirarme con dulzura.
De alguna forma… ¿Podría ser mi difunta madre velándome?
-Pronto. - La mujer susurró.
Desperté de un salto con el corazón latiéndome a 1000 por hora.
La mujer… ella había hablado. “pronto” había dicho.
-¿Pronto qué?- Le pregunté en voz alta a mi habitación, sin obtener respuesta.
“Tonta, ¿quien quieres que te responda? ¿Las cortinas?”
Puse los ojos en blanco ante mi propio comentario estúpido.
Ya era por la mañana así que bajé al salón y no encontré a nadie en él, en la cocina... tampoco.
Que extraño, ya deberían estar despiertos, miré el calendario, “sábado“ hoy no despertarían hasta tarde. Con un encogimiento de hombros me preparé el desayuno. Alguien había traído huevos, zumo y cereales, no era gran cosa, considerando el hambre voraz que tenía, pero algo haría con eso.
¿Una tortilla a la francesa quizás? No. No me apetecía el desayuno continental ¡JE! con una sonrisa tonta me eché cereales en un cuenco, y zumo en una taza, no había rastro de periódico, perfecto, ¿toque de queda y ahora esto? ¿Tampoco tenían derecho a tener periódico en este pueblo?
“ ¡Malditos vampiros egocéntricos!”
Al cabo de un rato Mary asomó la nariz por la cocina.
-Chica madrugadora, ¿eh?- le dije.
-Hum- asintió.
-¿Vincent ha vuelto a salir de compras nocturnas? ya podría haber comprado un poco de leche bien ¿como as dormido?- Aunque medio dormida, Mary seguía hablando rápidamente.
-Bien- dije, obviamente mintiendo.
-No parece que eso sea cierto ¡tienes unas ojeras enormes! pero tranquila nada que un poco de maquillaje no pueda arreglar-
Se desperezó y se hecho cereales en un tazón, no hablamos mucho, los ojos de Mary se habrían y cerraban como si estuviera apunto de quedarse dormida.
-Si estas cansada ¿porqué no te vuelves a dormir?- pregunté.
-¿Mm? tengo que ir a trabajar realmente me exprimen en ese trabajo metafóricamente claro no es que me expriman con un exprimidor gigante o algo por el estilo ja ja ja-
Se rió nerviosa.
Este era el momento, tenía que preguntar por el pueblo y si sabían lo que ocurría.
-¿Pasa algo en el pueblo? quiero decir, toques de queda, sin periódico, casi nadie en las calles, todos nerviosos porque no salga de noche…-
A Mary se le descompuso la cara, obviamente no se lo veía venir.
-No pasa nada tenemos toque de queda por pura protección para los niños pasan muchas cosas hoy en día si que hay periódico pero no lo pedimos para lo que dice... ejem bueno y es normal estar preocupado por ti ya sabes eres solo una niña…-
“¡No, otra vez!”
Ya estaba harta de que me dijeran que era una niña, una cría que no podía cuidarse sola.
-¡NO SOY UNA NIÑA!- grité. Colorada por la ira me fui hacia la puerta, en ese momento entró Break.
-¿Que pasa? ¿Por qué tanto escándalo tan temprano?-
Lo bordeé y estaba apunto de salir por la puerta cuando una mano me agarró el brazo.
-Hey enana ¿donde vas? ya podrías al menos darme la bienvenida, un hola no te matará-
La furia iba aumentando.
-NO ME LLAMES ENANA, DONDE VALLA NO ES DE TU INCUNVENCIA Y NINGUNO DE USTEDES ME DIÓ LA BIENVENIDA AMÍ CUANDO LLEGUÉ ¿PORQUÉ DEVERIA SALUDARTE?- Según mi ira iba aumentando, me empezaron a arder los ojos, “literalmente” ¡Me ardían! Se me escapó un pequeño grito y me tapé rápidamente los ojos con las manos.
Respiraba trabajosamente, me había quedado sin aire de tanto chillar, no estaba acostumbrada a subir tanto la voz y esa horrible quemazón me estaba matando.
-Break suéltala, es de día puede ir a donde quiera-
La voz atractiva de Vincent me distrajo del dolor, tan, ¡tan hombre lobo! cierto, tenía que hablar con él.
Me aparté las manos de la cara y lo miré significativamente, pero el no me miraba a mí, miraba a Break que seguía sujetando mi brazo, ahora con más fuerza, noté.
Miré a Break, tenía las pupilas totalmente dilatadas, con una expresión aterrorizada.
¿Qué le pasaba?.
-¿Break?- Volvió a decir Vincent ahora poniendo un tono más autoritario.
Lentamente éste me soltó y dando grandes zancadas subió las escaleras.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Capitulo 8
Había visto hombres lobo antes, en una de esas excursiones que hacían en la academia a la orden, pero estos estaban o bien muertos o bien sedados, pero este estaba bien vivo y con sus enormes fauces llena de afilados dientes apuntado hacia mi, podría saltame encima en cualquier momento.
Era ahora o nunca. Saqué una cuerda de fibra de plata de la mochila y se la lancé, el lobo cayó al suelo con las cuatro patas liadas en la cuerda que le estaba quemando, Me tiré encima de él apuntándole con el rifle en la cara, gritando con rabia.
-¿Dónde esta Vincent?, ¡responde!, ¿que has hecho con el chico? ¡Dilo antes de que te vuele la cabeza!-
Las lágrimas recorrían mi rostro, la furia, mezclada con el dolor por la posible perdida de Vincent me hacía llorar.
Me habían enseñado a estar tranquila durante la caza, sabía como acorralar, capturar y matar a todo tipo de monstruos y este hombre lobo no era la excepción, aun así seguía teniendo miedo, no podía evitarlo, no solo era la furia, Vincent podría estar...
El lobo forcejeaba intentado liberarse sin éxito.
-Liset... soy... yo... Vin...cent…- Dijo con una voz gutural entre jadeos.
Abrí descomunalmente los ojos llorosos ¿había oído bien? ¿Este hombre lobo había dicho que era Vincent?
“¡Miente! ¡Solo intenta engañarte Liset!” me dije a mi misma.
-Soy... yo... por... favor... no voy… hacerte... Daño-
La cuerda realmente le estaba estrangulando, la plata hacía a los hombres lobo aullar de puro dolor y sufrimiento.
“¡No, no! ¡No puede ser él! Y aunque lo fuera…”
Me negué siquiera pensarlo, si decía la verdad, si realmente él era Vincent, ¡tendría que matarlo! Por muy guapo e increible que fuera Vincent, seguía siendo un licántropo, y los licántropos no atendían a razones, cuando la luna salía ellos perdían su humanidad y solo eran feroces y voraces bestias.
-¡Liset!- Aulló dolorido.
-Por… favor… Déjame… ¡Déjame explicarte!
Lentamente fui descendiendo hacia sus patas, normalmente esto estaría descartado, pero algo en la penetrante azulada mirada del lobo le inspiraba una extraña confianza.
“Si, es Vincent”
Desaté la cuerda, pero no dejé de apuntar al lobo con el rifle, por si acaso.
El licántropo se levantó con un quejido, las patas realmente doloridas le sangraban.
-Liset, yo…-
El lobo no podía mirarla a los ojos, con la cabeza gacha y aguantándose las patas delanteras, empezó a irse.
-¡Espera!-
Le alcancé, le miré con furia, obviamente buscando respuestas.
-No sé que estarás pensando que soy, pero… -
-Pero eres un licántropo, un hombre lobo si gustas- Terminé por él al ver que a él le costaba.
Sin entender muy bien porqué, el me miró horrorizado. Tal vez por ser descubierto por mí, tal vez por el tono ácido de mis palabras.
No podía evitarlo, no podía dejar un hombre lobo suelto por el pueblo, aunque ahora parecía algo razonable, pronto el demonio del lobo lo poseería por completo.
-¡No me mires así! ¡No soy un hombre lobo!- Espetó con furia.
Rápidamente alcé el rifle hacia su frente, recordándole que tenía un arma apuntándole.
-Lo que veo y lo que dices, se contradicen y ahora será mejor que seas bueno y te comportes mientras aun puedas y me dejes encerrarte en algún sitio hasta que la luna se oculte. - Dije tranquilamente, recomponiéndome ya del antiguo shock.
-¡Tú no lo entiendes! - Seguía rugiendo. Dándose cuenta de que no estaba controlando
Muy bien su temperamento, comenzó de nuevo, con más serenidad.
-No lo entiendes, no soy un hombre lobo, no voy a volverme loco, aullar a la luna y matar gente. Soy un cambia forma, y no soy un lobo, ¡soy un perro!
La mención de ese nombre “cambia formas” me trajo recuerdos de mi época en la academia. Los cambia formas eran humanos capaces de adoptar la forma de un animal según se les antoje… Sí, ahora que lo observaba mejor, parecía más un husky que un lobo, pero aun así… aun así seguía teniendo características de licántropo. Después de todo estaba erguido a dos patas y seguía conservando su altura humana. Los cambia formas adquirían forma animal no semi humana, semi animal, como los licántropos.
-Sé la diferencia entre licántropo y cambia forma y tú no me pareces al segundo.-
Dije impacientándome.
-Lo sé, pero, todo tiene su explicación, soy medio licántropo.-
Me quedé asombrada, con la boca completamente abierta.
-¿Te crees me caí de un guindo? ¡No nací ayer! Nadie es medio licántropo, lo eres o no lo eres, si te muerde un demonio lobo PUFF te conviertes en hombre lobo, si alguno de tus padres es un cambia formas, pues bien, puedes nacer como ellos o no, pero no se puede convertir un cambia formas en licántropo, ¡Es absurdo que lo intentes! ¡¡El veneno de demonio lobo solo le afecta a los humanos!!-
Me miró incrédulo, alzando una ceja despectivamente.
-Estás muy puesta en el tema, señorita, limpiadora.-
Me pilló desprevenida, no podía decirle de mi extraña condición “se supone que debo ser un vampiro, pero por alguna extraña razón, no lo soy.”
Así que, le dije, lo que realmente era cierto, pero omitiendo ciertas irregularidades físico-pubertales.
-Soy una cazadora de la orden Black Lyly. Y estoy aquí para hacerme cargo de un par de asuntos que parecen estar molestando a este pueblo.-
Seguía ceñudo, esa estupra ceja seguía alzada poniéndome los nervios de punta.
-¿Qué? ¿No te lo crees? ¡Holaaaa! ¡Te estoy apuntando con un rifle! Y antes te perseguí sin pensarlo y te tumbé, ¡bien amarradito! Dime, ¿una estudiante normal podría hacer eso?-
Al fin, su ceja descendió y una expresión resignada la sustituyó.
-Está bien, te creo, es solo que…-
-¿Qué? - Demandé enojada, sabía lo que venia ahora, un
“eres demasiado pequeña para ser cazadora” bla, bla, bla, PUNCH, ¡muerto!
-No te enojes, es solo que me asombró que supieras lo de los vampiros. No sabía que gente de fuera estuviera al tanto.-
Me dejó K.O, ¿El sabía de los vampiros?
“¡Pues claro tonta! ¡No ves que es un… ¡entupido perro grande!”
Me di la vuelta y me fui, no quería seguir hablando del tema y aunque pudiera estar metiéndome y ser un completo licántropo…
“ ¡Mierda! ¡Al cuerno con todo, que haga lo que se le antoje! Total por un monstruo más…”
-¡Espera! ¡Liset!-
Lo dejé gritando mi nombre y llamándome y me dirigí rápidamente a la ciudad, dispuesta a arrancar unas cuantas cabezas.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Capitulo 7
Por fin estaba sola conmigo misma, era tan relajante, hacía meses que no conseguía relajarme con agua caliente ¡y menos en una bañera!
Allí en la academia solo había duchas, duchas que tenia que compartir con varias chicas, sin puertas ni mamparas, todas juntas, era horrible.
Pero ahora estaba disfrutando, Esto no tenía por qué ser tan malo.
Mary estaba resultando ser como una especie de madre-amiga, los chicos aunque no eran muy simpáticos eran guapos, Vincent realmente era muy guapo, tan... atractivo, me había regañado, odiaba que me regañasen, pero proviniendo de un chico tan terriblemente sexy... y Break, ese chico me había “salvado” aunque parecía que desconfiaba de mi, realmente se había puestoo en peligro para “salvarme” aunque yo no necesitara que me salvara.
Sí, podría con esto y ahora tenía tiempo de montar mejor mi coartada, y de buscar soluciones para mis salidas nocturnas.
Cuando terminé de ponerme mi pequeño y cómodo pijama azul marino, bajé al salón.
Pedimos pizzas para cenar, ya que nadie tenía ganas de cocinar y más tarde, un chico de unos 22 años con una fuerte crisis de acné se fue pitando nada más recibir el dinero. No hablamos de nada, cada uno cogió su pizza y se la comió tranquilamente.
Break jugaba video juegos con Mary, Vincent leía un libro, y yo... Yo me quedé embobada con Vincent.
Era increíble, no solo era increíblemente guapo, sino que también era culto, espera…
¿Me estaba volviendo como esas tontas chicas enamoradizas que tanto odiaba?
“Puaaajjj, ¡No!”
Sacudí la cabeza y me levanté, tiré la caja de pizza bacía y me fui hacia las escaleras.
-Hasta mañana- Dije en voz alta.
Los chicos asintieron y Mary se levantó con su gran sonrisa y vino hacia mi.
-Voy contigo, Break me estaba dando una paliza de todas maneras-
Con un encogimiento de hombros la agarró del brazo, como si fueran mejores amigas de toda la vida.
-Eres muy mala no me eches la culpa, por cierto ¡Si vais a hacer una fiesta de pijamas me apunto!-
Soltó alzando las cejas repetidamente mientras mostraba una sonrisa pícara.
Mary lo miró enojada, pero Vincent se le adelantó.
-Break, haz el favor de no molestar a las chicas y será mejor que también te vallas acostando-
-Si, si, ¡A la orden mi capitán!-
Break lo dijo estirándose mucho y poniendo una mano en la frente al estilo soldado. Mary miraba a Vincent con su amplia sonrisa…
¡Hey! esa sonrisa no era la de siempre, era más... Más cálida, más dulce, como su madrastra le sonreía a su padre.
“¡Santa Mierda! ¡Está enamorada de Vincent!”
Yo no lo estaba… aún así ¡No iba a perder contra esa barbie! Aunque se estuvieran haciendo amigas.
Mary siguió adelante pasando de largo su habitación, ¿Pensaba arroparme? ¿O realmente pensaba hacer una fiesta de pijamas?
-Necesito hablar contigo- Dijo al fin.
“Oh, oh. “
-Verás…- parecía que no sabía como empezar.
“Raro, esto no pinta bien”
-No te enfades con los chicos Break es un pesado pero es majo a veces y Vincent solo es extremadamente protector es un cielo ya lo verás dales tiempo ¿Vale?-
Parpadeé sorprendida ¿No iba a pedirme explicaciones? o esta chica realmente era tonta o pretendía serlo muy bien.
-Sí, gracias, no te preocupes, no estoy enfadada ni nada por el estilo-
Extraño, Mary había sonado muy maternal durante toda la noche.
¿Donde estaba la odiosa chica que hablaba sin parar, preguntando muchas cosas y no dejándome responder? Ahora no parecía tan boba.
-Oh bien realmente me alegro de que hayas venido me recuerdas a la hermanita pequeña que nunca tuve si quieres podemos pintarnos las uñas-
¿Había dicho yo que ya no parecía tan boba?
“¡Pues lo retiro!” Ya volvía a sonar tan imbécil como al principio.
Al fin conseguí que me dejara sola en mi habitación, volvía a estar cansada, pero esta vez no dormiría tanto, no quería acostumbrarme a vaguear. Puse la alarma a las 7:00 a.m. y me tumbé.
Desperté confundida, el reloj mancaba las 3:30 a.m. ¿solo 2 horas? ¿Que me había despertado?
Normalmente me despertaba alterada por ese raro sueño del espejo y la mujer. Pero estaba profundamente dormida, sin soñar nada.
Mis sentidos de cazadora estaban alerta, no me extrañaba, con un pueblo lleno de vampiros chiflados me iba a resultar difícil tranquilizarme.
“No, espera... Anoche dormí profundamente, no solo porque estaba realmente cansada.“
Me sentía segura y antes también mientras cenaba, pero... ¿Porqué de repente estaba tan en guardia? me asomé a la ventana, todo parecía tranquilo. Una hermosa luna llena brillaba en un cielo estrellado ahora despejado de nubes.
Se escuchó un fuerte golpe proveniente del piso inferior, agarré rápidamente la mochila y bajé silenciosamente.
Aunque hubiera un vampiro en el salón atacando a alguien, no conseguiría nada si hacía ruido bajando las escaleras, tenía que pillarlo por sorpresa.
Miré casi escondida y ahogué un grito.
Lo que ví, me chocó al principio. Un enorme lobo a dos patas ¡No! Un hombre lobo ¡Un lycántropo!
En sus fauces llevaba desgarrada, la camisa negra que horas antes le había visto puesta a Vincent.
Un escalofrío me recorrió por la espalda. El hombre lobo lo notó, me preparé para luchar, pero el lobo salió despedido por la ventana y corría ya afuera alejándose, lo seguí a través de la ventana. No podía creérmelo, no quería creérmelo, ese lycántropo había... Vincent, ¡Tenía que estar bien!
“¡Joder!”
No había visto sangre, no me fijé mucho pero si le hubiera hecho algo el lobo tendría sangre en las fauces.
Corría tras él, él era más rápido, por supuesto, pero yo estaba entrenada para eso.
Sí, tenía suerte, en su mochila había una cuerda larga y fuerte, apreté y conseguí darle un poco de más alcance.
De repente, el lycántropo se detuvo.
martes, 15 de septiembre de 2009
Capítulo 6
sábado, 12 de septiembre de 2009
Capítulo 5
martes, 8 de septiembre de 2009
Capítulo 4
Capítulo 3
La casa de estudiantes era grande, ¡enorme!, con un estilo muy parecido a la mansión Adams pero más alegre, si con ello quieres referirte a nada de ataúdes, lápidas y demás parafernalia. La casa estaba bastante vieja, llevaría sin reformarse desde hace siglos, era larga, de dos plantas, con un porche amplio con columnas y una gran puerta delantera, llamé a la puerta pero nadie respondía, lo volví a intentar pero nada, por pura curiosidad giré el pomo y la puerta se abrió. ¿No cierran las puertas? “¡mmm barra libre para los vampis!”
En la mesa de la entrada había una nota escrita con una caligrafía horrorosa y llena de faltas y al lado un juego de llaves.
Cierra cuando entres, esas de ai son tus llabes, La nevera esta bacia si quieres algo ve a comprarlo, no agas ruido Vincent duerme."¡Perfecto!, ni un bienvenida ni nada por el estilo, parece que aquí no seré tampoco bien recibida" El interior de la casa no era demasiado espeluznante, al menos, casi todo era de madera, simple y llanamente. Trozos del empapelado gris caían por las paredes de las habitaciones, ya había visto muchas veces eso. Olía a moho y a viejo, a la derecha había una gran sala, con sillones de cuero negro bastante grandes, una gran chimenea rústica y muchas estanterías cubriendo las paredes, parecía una casa de verdad. Si me quedaba, sería un gran avance comparado con la academia de cazadores. La casa parecía muy tranquila, comencé a dar un paso tras otro y me quedé justo detrás del respaldo del sofá. Un chico estaba tirado en el sofá roncando con la boca bien abierta. “Si duerme así no me estañaría que en su menú estuvieran incluidas algunas moscas” Pensé.
De pronto el chico pegó un brinco y del impacto yo pegué otro. -¡No me he quedado dormido!- dijo -No, claro que no, solo descansabas los ojos un rato mientras roncabas escandalosamente- dije. “Ups, ¿eso lo había dicho en voz alta? ¡mierda!”
No había apenas descansado y se me escapaban las palabras, siempre lo hacía cuando no descansaba bien y me sentía tan cansada. -He... hola, ¿eres la chica nueva?- dijo. “Qué va, soy el repartidor de pizzas, ¿no lo ves?”
El chico se me quedó mirando con cara de bobo, era alto, rubio y con el pelo puntiagudo como un puercoespín, bestia a lo punk y tenía piercings por todas partes. -Soy Liset Brigantti, estoy cansada ¿podrías decirme cual es mi habitación?- Acabé diciendo, ya que el retrasado este parecía estar en Babia. Miró por encima de mí, probablemente al enorme reloj que tenia detrás, su cara se descompuso. -¡Mierda, ya voy tarde al curro! arriba, la última a la derecha- dijo al fin y se fue corriendo dando un fuerte portazo. “Graaaciaaas, ¡que amable de tu parte, hasta me as acompañado a mi habitaciooón!” Pensé con escepticismo.
Ese debió ser Vincent, tal vez. Subí las escaleras hacia el piso superior, conté 4 puertas a la derecha de las escaleras y 2 a la izquierda, la primera a la derecha era un gran baño, con una bañera antigua con patas de un plateado desgastado al igual que los grifos, un bater a la derecha y un pequeño lavabo a la izquierda con un espejo sin marco agrietado y sucio. “¿Es que aquí no limpian? ¡menudos cerdos!”
Eso iba a cambiar, por supuesto, al menos las habitaciones que yo usara. Seguí adelante por el pasillo, las otras dos puertas estaban cerradas. Y por fin, la última, no esperaba gran cosa pero cuando abrí la puerta ahogué un grito. ¡Era enorme! comparada con mi habitación en la academia cualquier habitación era grande, pero esta era enorme, tan grande como mi antigua habitación en la gran mansión de mis padres.
Tenía en frente dos grandes ventanales cubiertos con cortinas rojo oscuro, que llegaban hasta el suelo, la cama a la izquierda, era una gran cama de matrimonio con barras de hierro negro en las esquinas y un gran dosel colgado del mismo color de las cortinas, a los pies de la cama una banqueta de terciopelo rojo y a los lados de la cama un par de mesitas de noche de hierro negro con lámparas estilo tiffanys. Un gran armario de 5 puertas ocupaba casi toda la pared de en frente de la cama. “Wow”
Hacía mucho frío, tendría que pillar una estufa en alguna tienda, tal vez compraría una alfombra grande y roja, me gustaba andar descalza, pero con el suelo de madera, helado y cubierto de polvo no era buena idea.
Dejé el par de maletas encima de la cama y comencé a colocar la ropa en el armario. No tenía mucha, allí en la academia no había un uniforme específico pero si pedían ropa simple. Un par de jeans, uno estrecho y desgastado y otro ancho con varios bolsillos, un pantalón de cuero negro con cremalleras a los lados, mi favorito para salir de caza, una falda de tablas a cuadros escoceses negra y roja, y un sencillo vestido de tirantes azul medianoche. De camisetas andaba igual de escasa, una camisa blanca, una simple camiseta de mangas largas negra sin ningún dibujo y otra de tirantes roja, y mi hermosa chaqueta de cuero negro, me encantaba, y muchos accesorios. Me gustaba más comprar accesorios que ropa. Collares, pulseras, pendientes, anillos, cinturones, cadenas, etc. Tenía un estilo entre punk, gótica y rock... sin definir ninguno de los tres estilos, me gustaba el negro y el rojo, y los accesorios con calaveras y pinchos. No era muy alta mas bien normalilla 1.60m, castaña, con ojos de un gris muy extraño, nunca había conseguido definir el color de mis ojos ¿eran azules, verdes o grises?, lo cierto es, que al final opté por pensar que eran grises, era pálida, pero no del tipo blanco cadáver, solo pálida, me gustaba llevar el pelo corto pero me era mas cómodo llevarlo en coleta, así que ahora lo llevaba a media melena siempre recogido en una cola alta o dos bajas. Siempre había sido flacucha, plana y sin curvas, pero un día de la noche a la mañana ¡hay estaban! ya no era plana y flacucha, pero tampoco era una modelo del Vogue, los duros entrenamientos me habían ayudado a definir los músculos y la verdad es, que tenía unos gemelos de futbolista y unos bíceps horribles, los camuflaba con botas hasta las rodillas y camisetas de mangas largas y anchas. En la otra maleta guardaba mi pequeño arsenal anti monstruos; Una escopeta, mi pequeña Sig-Sauer P226, cadenas, balas de todo tipo, dagas, etc.
lunes, 7 de septiembre de 2009
Capítulo 2
Capítulo 1
http://desiredarkness.foroactivo.net/
el de Alishea
http://alisheadreams.foroactivo.net/
y el de BétiKa
http://fantasylyrics.foroes.net/
1
Hacía una dulce y veraniega noche como cualquier otra, aquí en Venecia, sino fuera porque estaba a punto de separarme de la única persona que había amado nunca en mi larga vida, podría incluso disfrutarla. Aunque el dolor de la separación me estaba desgarrando por dentro, mi expresión se mantenía inescrutable, después de todo era mi trabajo, ser una marioneta, una sombra, sin vida, ni sentimientos.
Solo la reina me había tratado con el suficiente cariño con el que se podría tratar a un gato herido, demostrándole afecto, pero dejándole su espacio, me había salvado de las garras de la peste negra y me había dado vida eterna, una vida que gustosamente le había dedicado por entero a ella y solo a ella y ahora, ella me iba a abandonar, como tantos otros hicieron en mi pasada vida humana.
Un par de metros más y me separaría de ella.
-Hemos llegado su majestad-
dije con mi más perfecta voz neutral y sin sentimientos, aún así la reina me dedicó una de sus adorables y cariñosas sonrisas.
-No estés triste Syrena, solo serán un par de décadas separadas.-
Aún sabiendo que ella podía leer todas mis emociones con total claridad, yo seguía sin dejarlas salir y nunca lo haría.
Salió de la barca con el porte y la elegancia que solo se le podría atribuir a una reina egipcia, una Diosa.
-Una cosa más mi pequeña Syrena.-
Dijo acercándoseme y besando mi frente.
De golpe mis sentidos se fueron nublando todos a la vez y antes de sumirme en la intensa oscuridad le escuché susurrar.
-Debes olvidarme para que todo sea más fácil para ambas.
* * *
-Doctor, ¿no hay nada que pueda hacer para quedarme embarazada?- Estaba desesperada, llevaba intentando quedarme embarazada casi un siglo, sin lograrlo.
-Lo siento mucho señora Brigantti, usted es infértil, lo único que puede hacer es adoptar.-
Con las esperanzas rotas por completo salí de la consulta del Doctor Cruciani, el mejor ginecólogo de toda Venecia.
-Disculpe, yo también bajo, ¿Primera planta?-
Asentí sin mirar a la elegante voz femenina que me hablaba, no tenía ganas de ver el rostro feliz de alguna futura madre.
-Enhorabuena, será una niña preciosa.-
Al fin levanté la cabeza, aunque deseaba tener hijos no podía mentirle a nadie.
-Lo siento pero yo no...-
Estaba ante la mujer más hermosa que había visto nunca, alta, delgada pero esbelta, pelo largo hasta la cintura muy liso y tan negro y brillante como las plumas de un cuervo, tenía un aura digna de una reina, ¿sería de la nobleza? Sus ojos plateados y penetrantes me capturaron, dejándome sin habla.
-Claro que lo está.-
Tocó mi vientre y con una sonrisa que pararía guerras salió del ascensor.
Cuando por fin salió del edificio, pude despertar de mi ensoñación, me toqué el vientre y sentí un pequeño calor, asombrada salí como una bala en dirección a las escaleras, no podía esperar al ascensor.
Llegué a la planta del Doctor Cruciani en un suspiro e irrumpí en su consulta sin importarme que estuviera atendiendo a otra paciente.
-Doctor, revíseme otra vez, creo que estoy embarazada.
Epílogo
Todos conocían la enorme atracción que Hades sentía por la Diosa de la belleza y no era para menos, y también los rechazos de ésta hacia el Dios del inframundo, cansado ya de sus rechazos, Hades violó a Afrodita dejándola embarazada.La Diosa, asqueada intentó asesinar al bebé aún incluso estando en su vientre, al ser hijo de Dioses, el bebé era inmortal y los intentos de Afrodita siempre fueron inútiles y sólo la conseguían dejar cansada.
Al fin el bebé nació, y una diabólica pero deslumbrante Afrodita sonreía con suficiencia al bulto que llevaba en sus brazos, el bebé para satisfacción de Afrodita había nacido muerto y ésta muy feliz lo tiró a la Laguna Estigia, camino del inframundo.
Hades al encontrar a su bebé sin vida, comenzó a derramar lágrimas de fuego fatuo, y al cabo de un rato el bebé comenzó a llorar también, la alegría de Hades al ver a su bebé vivo, fue tan grande que la noticia no tardó en llegar a oidos de Afrodita, ésta rabiosa e incrédula fue a ver al bebé y la encontró no solo viva sino rodeada de todos los Dioses del Olympo que la miraban con asombro embelesados.
-¡¡¡ES IMPOSIBLE!!!- gritaba Afrodita-
-YO LA VÍ, ESTABA PÁLIDA, FRÍA, NO RESPIRABA...-
Seguia gritando pero nadie le hacía caso.
Todos estaban absortos en la pequeña, un bebé de una gran belleza capaz de rivalizar contra la de su madre y no sentirse cohibida a su lado, los rasgos mortecinos heredados de su padre le daban una belleza diferente a la de su madre pero hermosa al fin y al cabo, piel tan pálida, azulada y fría que si no fuera porque tenía sus enormes y plateados ojos abiertos creerían que estaba muerta, su respiración era muy lenta y casi imperceptible pero ahí estaba.
-¡¡¡IMPOSIBLE!!!-
-Es posible, sólo estaba dormida. Por sus rasgos pensabas que estaba muerta pero no era así, el llanto escandaloso de Hades la despertó, tiene un sueño profundo esta niña.-
Hera la diosa de los nacimientos y el matrimonio, le explicaba con regocijo y fascinación sobre las cualidades de la niña.
Afrodita convenció a Hefesto, el Dios de la forja, para que creara una daga capaz de matar a un Dios, y éste, incapaz de negarse, se la entregó.
Afrodita, encolerizada, se dirigió al bebé, decidida a darle muerte, pero Zeus la detuvo, no podía enfadarse con su hija más amada, pero tampoco podía permitir que se matara a un Dios.
Zeus, para aplacar la furia de su hija, desterró al bebé y le quitó el título de Diosa, mandándola a vivir entre humanos.Afrodita, no contenta con ese castigo, la maldijo.
-AUNQUE SIN TÍTULO SIGAS GOZANDO DE LOS BENEFICIOS DE LOS DIOSES, INMORTALIDAD Y PODERES SOBREHUMANOS, TUS DESCENDIENTES NO CORRERÁN TU MISMA SUERTE. SERÁN INFERIORES A LA CATEGORIA DE UN SEMIDIOS.
SÍ, SERÁN CASI INMORTALES Y MÁS FUERTES QUE LOS HUMANOS ORDINARIOS, ¡PERO HALLARÁN LA MUERTE! ¡YO MISMA ME ENCARGARÉ DE QUE ASÍ SEA! Y TÚ, COMPLETAMENTE INMORTAL, LLORARÁS SU PÉRDIDA, Y LA ÚNICA MANERA DE APACIGUAR EL DOLOR SERÁ DURMIENDO, PERO SI DUERMES ¡¡TODOS TUS DESCENDIENTES MORIRAN!!
Afrodita, ya algo satisfecha, convenció a Apolo, Dios del sol, para que vigilara el mundo humano mientras paseaba su carro por el cielo, y así los descendientes del bebé fueran encontrados y matados por la misma Afrodita.
Por ello sus descendientes se ocultan en las sombras de la noche donde la Diosa de la noche Nix los oculta y protege.Al ser menos que un semidios necesitan la fuerza vital de otros para vivir y por ello beben sangre en vez de néctar y ambrosía...