lunes, 7 de septiembre de 2009

Capítulo 1

Aclaro: Voy a poner los 3 primeros capítulos puesto que ya estan colgados de antes en mi foro:
http://desiredarkness.foroactivo.net/
el de Alishea
http://alisheadreams.foroactivo.net/
y el de BétiKa
http://fantasylyrics.foroes.net/


1

Hacía una dulce y veraniega noche como cualquier otra, aquí en Venecia, sino fuera porque estaba a punto de separarme de la única persona que había amado nunca en mi larga vida, podría incluso disfrutarla. Aunque el dolor de la separación me estaba desgarrando por dentro, mi expresión se mantenía inescrutable, después de todo era mi trabajo, ser una marioneta, una sombra, sin vida, ni sentimientos.
Solo la reina me había tratado con el suficiente cariño con el que se podría tratar a un gato herido, demostrándole afecto, pero dejándole su espacio, me había salvado de las garras de la peste negra y me había dado vida eterna, una vida que gustosamente le había dedicado por entero a ella y solo a ella y ahora, ella me iba a abandonar, como tantos otros hicieron en mi pasada vida humana.
Un par de metros más y me separaría de ella.
-Hemos llegado su majestad-
dije con mi más perfecta voz neutral y sin sentimientos, aún así la reina me dedicó una de sus adorables y cariñosas sonrisas.
-No estés triste Syrena, solo serán un par de décadas separadas.-
Aún sabiendo que ella podía leer todas mis emociones con total claridad, yo seguía sin dejarlas salir y nunca lo haría.

Salió de la barca con el porte y la elegancia que solo se le podría atribuir a una reina egipcia, una Diosa.
-Una cosa más mi pequeña Syrena.-
Dijo acercándoseme y besando mi frente.
De golpe mis sentidos se fueron nublando todos a la vez y antes de sumirme en la intensa oscuridad le escuché susurrar.
-Debes olvidarme para que todo sea más fácil para ambas.



* * *


-Doctor, ¿no hay nada que pueda hacer para quedarme embarazada?- Estaba desesperada, llevaba intentando quedarme embarazada casi un siglo, sin lograrlo.
-Lo siento mucho señora Brigantti, usted es infértil, lo único que puede hacer es adoptar.-
Con las esperanzas rotas por completo salí de la consulta del Doctor Cruciani, el mejor ginecólogo de toda Venecia.

-Disculpe, yo también bajo, ¿Primera planta?-
Asentí sin mirar a la elegante voz femenina que me hablaba, no tenía ganas de ver el rostro feliz de alguna futura madre.
-Enhorabuena, será una niña preciosa.-
Al fin levanté la cabeza, aunque deseaba tener hijos no podía mentirle a nadie.
-Lo siento pero yo no...-

Estaba ante la mujer más hermosa que había visto nunca, alta, delgada pero esbelta, pelo largo hasta la cintura muy liso y tan negro y brillante como las plumas de un cuervo, tenía un aura digna de una reina, ¿sería de la nobleza? Sus ojos plateados y penetrantes me capturaron, dejándome sin habla.
-Claro que lo está.-
Tocó mi vientre y con una sonrisa que pararía guerras salió del ascensor.

Cuando por fin salió del edificio, pude despertar de mi ensoñación, me toqué el vientre y sentí un pequeño calor, asombrada salí como una bala en dirección a las escaleras, no podía esperar al ascensor.
Llegué a la planta del Doctor Cruciani en un suspiro e irrumpí en su consulta sin importarme que estuviera atendiendo a otra paciente.
-Doctor, revíseme otra vez, creo que estoy embarazada.

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