jueves, 22 de octubre de 2009

capítulo 13

Buenas a todas mis lindas seguidoras ^^ este es el último capitulo que tengo hecho, tengo media pag del 14 y aun así no me convence... asik, ya no sé cuando voy a poder subir más capis... 2 semanas kizas... kizas menos, pero no desespereis k volvere!!! Besos a todas y mil gracias por leerme.



13


Mientras despertaba de mi soñolencia, empecé a oír susurros, la vista se me aclaraba.
Los chicos hablaban ¿de mí?
-No podía contárnoslo, yo lo descubrí sin querer, lo siento-
Ese parecía ser Vincent, siempre tan amable y caballeroso.
-Mmm, se las da de chica dura pero solo es una cría-
¿Break? ¿Me estaba justificando o acusando?
-Bueno ya está todo aclarado ¿o hay más secretos que debamos saber?-
Esa era Mary ¿Se refería con eso a la situación de Vincent? ¿Sabría Mary que él era un cambia forma?
-Nada más, al menos, nada más que se deba hablar esta noche- Vincent de nuevo.
-Mary, despierta a Liset, llévatela arriba y acostaros, Break sube tú también, necesitas descansar para relevarme, más tarde subiré y te despertaré, yo me quedaré a vigilar la casa y la chica-
Vincent volvía a su tono autoritario y paternal, y los demás no podían más que aceptar todos sus mandatos sin rechitsar.
-Pronto.- La hermosa mujer me sonreía y me decía una y otra vez esa palabra, cada vez que dormía soñaba lo mismo, pero esa noche el sueño cambió. La hermosa mujer alzó una mano hacia el espejo y una fina y blanquecina mano de uñas blancas y largas, perfectamente cuidadas, atravesó el espejo y me acarició el rostro.
Me desperté de nuevo exaltada, me toque la mejilla, donde ella me había tocado, y estaba cálido, la palma de la mano empezó a escocerme y quemarme, retiré la mano de mi mejilla y cuando la miré me asombré tanto que del salto que metí me caí de la cama.
Estaba más clara, la marca de nacimiento con forma de rombo que tenía en la mano derecha, antes casi negra, ahora estaba marrón. No podía creerlo, me la volví a mirar y, sí, estaba más clara y ¿más pequeña? Corrí al baño y me miré en el espejo, todo seguía igual, no había nada distinto en mí. Por pura curiosidad, me volví a tocar la mejilla, pero no ocurrió nada.
Baje al salón extrañada y desilusionada por la leve ilusión de estar pasando la madurez vampiro. Al entrar, me encontré a Break con una ristra de ajos colgándole del cuello y crucifijos en ambas manos.
Intenté aguatarme la risa como pude, sin conseguirlo y acabé estallando en carcajadas y aguantándome el abdomen que me dolía por reírme tanto.
-¿Se puede saber que te hace tanta gracia?- Me dijo gruñendo.
-jajajaja, no puedo.... jaajajaja... es que.... jajajaja- Intenté contenerme y recomponerme, enjuagándome las lágrimas.
-¿As visto la pinta que tienes? no sé que sabes sobre los vampiros, pero ajo y crucifijos no te servirán de nada.-
-¿A qué te refieres?- Me preguntó ceñudo y en segundos le cambió la expresión de una de comprensión a una de asombro.
-Bien Buffy, ilumíname.-
-¿Buffy?-
-La caza vampiros, ¿la fox? serie de televisión.-
Me explicaba lentamente, moviendo los brazos, como si yo fuera tonta. Bueno, algo falta de información televisiva si que me faltaba, después de todo, apenas me dejaban ver la televisión cuando era pequeña y por supuesto, nada de televisión en la academia.
-No pierdo mi valioso tiempo frente a la caja tonta.- Dije exasperada.
-Pobre de ti, que infancia tan triste has tenido.- Me miró con fingida pena.
-No he tenido una infancia triste. Es solo... que prefería leer o pasear por el campo, antes que estar sentada viendo dibujos animados.-
-mmm eras la típica niña autista que prefería estar sola antes que jugando con otros niños.- Dijo afirmando con la cabeza, completamente convencido.
-Como sea.- Concluí antes de que me enfadara más.
-Quítate ya esas cosas, debes tener un poco más de sentido común y trazar una línea entre ficción y realidad y olvídate de todo lo que ayas visto en la tele, son todo mentiras.-
-¿Cómo lo sabes si no as visto la tele?-
“Chico Punk 1, cazadora de vampiros 0”

Me sonrió de oreja a oreja al darse cuenta de que había dado en el clavo.
-Bueno… Es cierto que no he visto mucho la televisión, pero si que he leído libros, por simple curiosidad de cómo nos ve el mundo.-
-A los vampiros y a los cazadores quiero decir.- Rectifiqué y aclaré lo más rápido que pude, y para mi alivio, él no notó mi breve nerviosismo.
-Mmm ¿entonces como podemos matarla si se vuelve loca?- Preguntó frunciendo el ceño.
-Luz del sol. Es lo más efectivo y limpio.-
-Luz de sol, típico de peli ¿nada más? ¿Estacas, plata, agua vendita?-
-Buff, ya te he dicho que te olvides de la ficción, los vampiros no son esos seres diabólicos que salen en las pelis y en los libros, el folclore ha hecho mucho daño a nu… a la imagen de los vampiros en general.- Ésta vez, sí que lo notó o algo se olió por que su expresión cambió de golpe y me habló muy rudamente.
-¿Los defiendes? ¿El folclore os ha hecho daño? ¿A los vampiros y cazadores o a los vampiros? Dime, ¿qué ocultas tras esa fachada de niña dura?-
Break estaba peligrosamente cerca tan de la verdad como de mi cara. Me agarró fuertemente ambos brazos y me empotro contra la pared.
-¡Contesta! Lo he dejado pasar por los últimos hechos pero ahora te toca aclarar las cosas.- Su rabia me estaba golpeando duro, la unión de sus manos en mis brazos me dolía a rabiar, apretaba muy duro y seguramente me dejaría marca, aún así, aguanté las ganas de llorar y saqué un valor inesperado, no sé como, me solté de su agarre y le marqué la mejilla con mi mano derecha. La sangre me hervía, metafóricamente, pero ahora también, me volvían a arder los ojos, literalmente.
Me apoyé en el gran reloj de cuco y por el reflejo del cristal pude ver fugazmente como los ojos me cambiaban de rojo fuego al gris azulado de siempre.
Me asusté y mire a Break, el no se había dado cuenta de mi breve cambio de color de ojos, puesto que estaba tirado en suelo mirando hacia abajo y frotándose la mejilla golpeada.
Pasamos un rato en un silencio incómodo, Break al final se levantó y me miró inexpresivo.
-Pegas duro pequeñaja.- Al decir esto sonrió y me tendió una mano, la agarré atenta y cautelosa y al ver mi reacción su sonrisa desapareció y me soltó la mano.
-Lo siento. Es solo que todo esto me está volviendo loco.- Se disculpó esquivando mi mirada y frotándose el pelo.
-Sigues pensando que soy un vampiro.- Afirmé.
-No, ahora que sé… más cosas, pienso que eres…- Miró a la chica pre-vamp y la señaló con la cabeza.
-¿Cómo ella? ¿Una pre-vampiro dices?- Pregunté asombrada.
Claro, el estaba medio loco con eso de los vampiros, y aunque no iba muy desencaminado, ya me gustaría a mí ser una pre-vampiro y no una inadaptada social en el mundo vampiro.
-No, no lo soy, más quisiera.-
Me miró ceñudo, por supuesto, con la visión que tenía de los vampiros, no entendía el porqué yo quería ser uno.
-No me malinterpretes, te dije que no sabes nada de los vampiros, no todos son como los de este pueblo, ¿sabes? Y para tu información todos los cazadores son o Vampiro, o Damphir, o cambia forma. Tienes que tener una habilidad especial para poder cazar a estas criaturas descontroladas, un humano corriente no tiene ninguna oportunidad contra ellos, quizás con los humanos convertidos, ¿pero con los pura sangre? Rotundamente NO.
-¿Y tú cual eres?- Me preguntó interesado y a mí me descolocó y entristeció brevemente.
-No soy nada, soy humana, simple y corriente.- Dije con dureza y dolor.
-¿Y porqué eres cazadora si solo eres una HUMANA más?- enfatizó tanto el “humana” que casi entro en cólera de nuevo, pero me tragué el orgullo.
-Cosas de la vida. La cuestión aquí es, que no os hagáis los valientes y nos dejéis el trabajo sucio a Vincent y a mí.- Coté tajante y cambié rápidamente de tema.
-Éstas aran su cometido, si algún pura sangre asoma la nariz y aun queda mucho para la salida del sol.- Dije besando el cañón de mi zig.
-Si, muy bonito, estás bien protegida, ¿pero y nosotros?-
-No os pienso dejar ni una de mis armas, si es lo que estabas pensando, vosotros quedaros quietitos aquí en la casa, que ya nos encargamos Vincent y yo de matar a los vampis.-
-Oh que conmovedor, Vincent y tu, tú y Vincent una y otra vez ¿Por qué el si y yo no?-
“Wow alguien está celoso”

-Porque su padre era un cazador también, y el ha crecido viendo a su padre entrenar y sabe a que atenerse.-
-Me encanta vivir con un tío dos años y no saber nada del.- Dijo Break con odio.
-oh vamos, no le recrimines nada, todos tenemos nuestros secretillos que no podemos contar.-
-¿Cómo tú evadiendo mis preguntas? ¿Es que guardas algo más a parte de ser una cazadora HUMANA?- Me miró escéptico volviendo a enfatizar la dichosa palabra.
-Mmm claro, como he dicho, todos tenemos nuestros secretillos, apenas sé de ti y de los demás.- Contraataqué velozmente, poco a poco me estaba librando de mi fachada de chica dura y la estaba sustituyendo por una chica dura de verdad.
-Nací en Brooklin, me mudé hace 4 años con mi familia a Italia, cosas del trabajo de mi padre, decidí independizarme y vivir por mi cuenta mientras estudiaba hace dos años, y sí, estudio en Bella rose. Te toca.-
Arrugué la nariz no muy contenta con su explicación.
-Nací en Venecia, mi madre murió al darme a luz, más tarde mi padre se volvió a casar y me dio un lindo pero pesado hermanito el cual ahora tiene 11 años, con 14 años entré en la academia de caza vampiros ya que mi abuelo pertenecía a ella, hace un mes me gradué y me mandaron aquí. Fin.-
-Sabes, eso está muy bien, pero aun no me as contado los detalles morbosos, esos que te callas.- Me dijo alzando las cejas repetidas veces.
-No sé de qué me hablas.- Me hice la tonta y me fui directa a las escaleras para subir a dormir un rato más pero me paró en seco.
-¡Ah, no! Vasta de evasivas, no lo voy a olvidar, y si no me lo dices, tendré que averiguarlo por mi cuenta.-

Me solté y subí corriendo como una bala las escaleras y no paré hasta estar tras la puerta de mi cuarto bien cerrada con el seguro puesto, esa absurda amenaza no me gustaba nada y, por poco que me gustara, tenía razón, ya era hora de que les contara todo, ahora eran mis amigos, ¿No?

viernes, 16 de octubre de 2009

Capítulo 12

12


Cuando entramos en casa, nos tiramos al suelo asfixiadas, estábamos temblando y no podíamos decir ni una palabra.
-¿Qué ha pasado?- Preguntó Vincent mientras bajaba las escaleras. Corriendo fue hacia Mary y se arrodilló junto a ella.
-¿Estáis bien?-
Aunque el supiera que yo podía defenderme, me hubiera hecho ilusión que se preocupara más por mi, aunque dijo “estáis“.
-Ahora sí- dijo Mary casi sin aliento.
-Sentimos que alguien nos observaba y corrimos al coche, seguramente sería un pervertido o un alcohólico- dije.
De repente Vincent se sobresalto y miró a la derecha de Mary donde la niña descansaba.
-¿Quién es esta niña y quien rayos la ha dejado entrar?- Gritó con furia.
Ahora más tranquila, noté que la niña olía como los niños vampiros previos a alcanzar la madurez.
Levanté a la niña por el cuello del vestido, abrí la puerta y la lancé a la calle.

La niña aporreaba la puerta con increíble fuerza.
-¡Dejadme entrar!- Gritaba.
-¡Por Dios Vincent! ¡Liset! ¡Es solo una niña!- Saltó Mary en su ayuda tratando de abrir la puerta.
-¡Es un vampiro!- Gritó Vincent.
Mary y Break miraron a Vincent con los ojos abiertos de par en par y luego a mí.
-¡Ella lo sabe!- Se quejó Vincent exasperado por que nadie le respondía a su pregunta.
-¡Por favor! ¡Dejadme entrar! ¡Por favor! No os aré nada, me están persiguiendo ¡quieren matarme!-
La niña pre-vampiro lloraba desconsoladamente en la calle aporreando la puerta intentando abrirla.
-¿Quién la invitó a entrar? ¡Deshaced la invitación! ¡Deprisa!- Gritó Break.
Vincent me miró negando y yo le devolví la negación. Obviamente Break no sabía nada de los vampiros “reales” y demasiado de los ficticios.

Nadie decía nada.
-¡Break! ¡Fuiste tú! Rápido deshaz la invitación- Dijo Mary alterada.
-Retiro mi invitación, ya no eres bienvenida en esta casa-
Dijo Break confundido, no recordaba que el la invitara a entrar.
La niña seguía aporreando la puerta con mucha fuerza, fuerza adquirida de su próxima madurez.
Suspiré cansada de tanta ignorancia y alcé mi mano hacia el hombro de Vincent.
-Tranquilo, yo me ocupo de ella, es solo una pre-vampiro aún no ha completado su desarrollo.-
Vincent me miró preocupado, pero ambos sabíamos que yo podría hablar con ella y él no podía arriesgarse a ser descubierto.
Me abrió la puerta y me dejó salir mientras Mary chillaba preocupada.
-¿Qué haces? ¡Liset vuelve!-
Empujé a la niña y cayó al suelo, comenzó a llorar con más fuerza, estaba cubierta de barro, llevaba un vestido rosa de tirantes con una camiseta blanca de mangas largas debajo y medias del mismo color, tenía el pelo largo liso y rubio, que llegaba por la cintura, una verdadera monada.

Puede que me hubiera pasado un poco. Me acerqué lentamente a ella, al mismo tiempo que de las sombras del jardín salían dos hombres enormes, no, ¡eran vampiros! ¡Pura sangre! los primeros que veía sin contar a la niña llorona, éstos realmente parecían duros y seguramente me darían mucho trabajo si me enfrentase a ellos.
-¡No! ¡Por favor! ¡Dejadme entrar!- La niña me miraba suplicando.
Sin pensarlo, agarré a la niña y la lancé a la entrada, salté y le pegué un rodillazo al vampiro más cercano. Vincent salió en mi ayuda con un gran palo ¿de escoba? ¿Es que no había encontrado nada mejor en la cocina? ¿Algo útil como un cuchillo?
“¡Hombres!”

Atizó al otro, el cual no le dio tiempo de reaccionar y retrocedió tambaleándose.
Me adelanté a Vincent y les mostré mi colgante, al reconocerlo se dieron media vuelta enfadados y se fueron por donde habían venido.
-¡Volveremos!- Dijo uno de ellos hacia mí, antes de desaparecer en la oscuridad.
Mierda, a la puta mierda mi tapadera, ahora todos los vampis sabría que hay una cazadora husmeando por aquí. Bueno, aún tengo a mi favor que no saben que no tengo el talento innato de un cazador Vampiro o Damphir.
“¡Lucky!” pensé enfadada.

-¿Te as vuelto loca?- Me gritó Vincent.
-¿Te arriesgas por un vampiro? ¿Acaso eres suicida?- Siguió Break.
Les ignoré, tiré de la chica escaleras arriba y la empujé a mi habitación, de inmediato Vincent nos siguió.

Cogí mi amada Zig de la banqueta y apunté con ella a la niña.
-Balas ultravioleta, ¡Habla!- Le amenacé.
Matar a la niña justo antes de su madurez solo haría acelerar el cambio y se transformaría en algo parecido a un humano convertido. Pero las balas ultravioleta podían matar completamente a un pre-vampiro, sin arriesgar a que se transformaran.
-So… soy Angel, tengo 14 años…-
-¡No me importa quien seas! ¡Solo tus intenciones!-
La niña miró a Vincent rogando por un poco de comprensión, pero éste no iba a dársela.
-Esos vampiros me perseguían porque vi algo que no debía, querían silenciarme-
Consiguió decir.
¿Silenciarla? ¿Acaso se les había subido tanto el poder a la cabeza que hasta mataban a sus hijos?
“Al Capone Us Vampi Sádico”

-¡Habla! Y más te vale decirme algo que me crea- Dije.
La niña estaba temblando, asustada ¿realmente decía la verdad? ¿O se sentía asustada del arma?
-Mi- Mis padres son humanos, fui adoptada, un día llegó una carta del alcalde citándome, hoy era la cita y cuando fui a verlo, lo encontré…-
La niña lloriqueaba otra vez, y yo estaba perdiendo la paciencia.
-Lo encontraste como- La urgió Vincent, viendo que yo empezaba a perder la paciencia.
-¡Muerto! El cadáver tendría un par de días pero parecía que nadie sabía nada, una vampiro que no había visto nunca estaba sentada en su mesa, daba mucho miedo, de verdad, era como un monstruo… salí corriendo, esos vampiros salieron tras de mí y entonces os vi…-
Bajé el arma, podía sentir que la niña no mentía, pero aún así estaba alerta.
No podía confiar en ella, podría estar mintinendo, los vampiros de antes podrían ser sus cómplices de un plan urdido para cenarnos a todos.
Las peleas por el poder no eran nada nuevo para los de mi raza, desde que nuestra “Reina” no aparecía desde hacía siglos, “si es que había habido alguna vez una Reina…“ Todos se disputaban el puesto.

Le inyecté un preparado tranquilizante, no la mataría, pero sí la dejaría grogui durante horas, después con la ayuda de Vincent, la atamos de pies y manos y la llevamos abajo de nuevo.
Por fin me dirigí a mis compañeros que me observaban desde el sofá.
-Todo controlado, si miente o no se verá cuando despierte y si lo hace…-
Levanté mi Zig cargada de balas ultravioletas y le quite el seguro.
Mary me miraba horrorizada, Vincent asentía y Break… él desplazaba su mirada de Vincent a mí y viceversa repetidas veces.
¿Tenía que contárselo todo a los otros? No sabía que hacer, me mordía el labio con frustración pensando que hacer cuando Vincent carraspeó llamando la atención de todos.
-Se lo conté todo, para protegerla, ella insistía en salir a trabajar de noche, si iba a vivir aquí, tenía que ponerle al corriente de los peligros que podrían sucederle o tarde o temprano acabaría muerta.-

Mary suspiró aliviada, como si le hubieran quitado un gran peso de encima.
-¡Esperad! ¿Qué ha sido todo ese numerito de antes?- Espetó Break.
-Una chica que acaba de enterarse no solo de que los vampiros existen sino que vive rodeada de ellos estaría horrorizada, si es que se lo creyese, y tú saliste a por ella, la subiste arriba y al rato aparecéis cargando con ella inconciente y atada y por supuesto no olvidemos, sosteniendo una pistola como si supieras usarla-
A Break no se le escapaba ni una, a él no podría dársela, no.
-¡Oh vamos Break! ¡Todo el mundo en América tiene pistolas! Deberías saberlo eres de allí- saltó Mary, como siempre en mi ayuda.
-Si, pero esto no es América- Siguió Break.
-Técnicamente he sido yo quien la ha bajado aquí, y yo le señalé a Liset que la llevara arriba, tenía una cuerda en mi habitación, y pensé que sería mejor interrogarla lejos de Mary y por supuesto, la pistola es mía, la cual le enseñé a usar en un momento, menos mal que Liset es una chica lista que aprende rápido- Me miró y sonrió.
Yo me sonrojé y noté como Mary me miraba confusa, abriendo mucho los ojos. ¿Pensaría que Vincent y yo teníamos algo? Bueno, yo definitivamente quería algo con él.
-¿Y no me lo podías haber pedido a mí?- Siguió relatando Break.
-Uno de los dos se tenía que quedar aquí abajo cuidando de la casa y de Mary-
Break se disponía a seguir discutiendo cuando lo detuve alzando una mano.
-No importa Vincent, gracias, pero será mejor contárselo todo-
Esperé a ver la reacción de los otros en especial la de Vincent y este asintió animándome a continuar.
-Bueno yo…- Tragué saliva. No sabía como empezar, no sabía que decir, y Vincent, en un gesto que observé como pura amabilidad típica de un caballero como él, me ayudó a terminar.
-Es una cazadora de vampiros, de monstruos en general, ha venido a encargarse de “limpiar” este pueblo, ¿Verdad?- Me miró sonriendo, y una vez más me puse roja como un tomate y asentí, ahora con más valor le devolví la sonrisa.
-¿Una qué?- Preguntaba Break exasperado, mientras Mary saltaba indignada.
-¡Vincent! ¿Tú lo sabías? ¿Cómo? ¿Desde cuando? ¿Por qué no nos lo dijiste?-
Mary habló con tal rapidez atropelladora que me mareó “literalmente” caí al sofá y nuevamente perdí el conocimiento, entre el ajo de esta tarde y las emociones que le siguieron, estaba exhausta.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Capítulo 11

11


-¿Que ha sido eso?- preguntó.
-¿el qué?- se hizo la tonta sabía a que se refería.
-Nada, ¿podrías acompañarme un momento?-
Asentí. Lo seguí hasta un pequeño almacén oculto debajo de las escaleras.
-Las damas primero-
Entré manteniéndome en guardia y tras entrar él, Break cerró y puso el pestillo.
Se apoyó en la puerta con los brazos en cruz sobre el pecho, insinuando que no podría salir hasta que él quisiera.
-¿Y bien?- le preguntó ella.
-bien- habló Break.
-Hora de decir la verdad-
Empecé a sentir nauseas, y la garganta comenzó a picarme, algo en el aire, un olor, me estaba afectando ¿ajo? No soportaba el ajo, era absolutamente alérgica al ajo y me hacía vomitar e hinchárseme la garganta. La pequeña habitación estaba llena de ese olor.
-¿algún problema? ¿Tal vez estás sintiendo los efectos del ajo?- sonreía mientras hablaba.
“¡Capullo!"

No sé que información tenía él sobre los vampiros, pero el ajo, no molestaba para nada a los vampiros, es cierto que con su fino olfato, les desagradaba, todos los olores fuertes lo hacían, pero nada más fuera de la realidad.
Si no hacia algo, pronto se me hincharía tanto la garganta que acabaría asfixiándome.
-¡Idiota! ¡Soy alérgica al ajo! ¿Es que quieres que me muera de asfixia?- dije con voz ronca, tosiendo y agarrándome la garganta.
Él no dejaba de sonreír, triunfante, pensando que estaba derrotando al vampiro malo.
Sacó un crucifijo y me lo plantó en mi fatigada y sudorosa cara amarilla, su semblante se volvió osco al ver que no ocurría nada.
-¿Decepcionado?- Dije cada vez con menos voz.
-¿Esperabas que empezara a arder y a retorcerme de dolor?- conseguí darle una sonrisa de suficiencia bajo todo mi dolor. Ya casi no me entraba aire, me caí de rodillas, aguantándome la garganta e intentando respirar, consiguiendo solo que entrara más olor a ajo en mi interior. Comenzaba a perder el sentido, todo se emborronaba delante de mí y ya no entraba aire en mis pulmones. Escuché el sonido de una puerta abriéndose y me desmayé.

No sé cuanto tiempo estuve inconsciente, pero cuando desperté, ya me encontraba mejor, el aire ya llegaba a mis pulmones y el picor de mi garganta iba desapareciendo.
Escuché que alguien se incorporaba del sillón de al lado, pero no se me acercó.
Giré la cabeza para ver a Break allí alzado mirándome algo preocupado.
-Estás... loco…- Apenas conseguí decir con la voz un poco áspera.
Break seguía de pie, no se había movido ni un ápice ¿seguía decepcionado por no haber resultado su plan?
Todo se me vino encima de golpe y mi fachada de chica dura se fue por el desagüe con el resto de mi dignidad.
Empecé a llorar, no solo se me saltaron las lágrimas, lloraba como un bebé llora por su madre, estaba harta, todo era nuevo para mí, los chicos, las bestias, las amigas...
Al parecer eso hablando un poco a Break porque se me acercó y me pasó la mano por la cabeza revolviéndome el pelo.
-Vamos renacuaja, solo era una broma de bienvenida-
Lo miré entre sollozos.
-¡Y un cuerno broma de bienvenida!- Ahora no sabía si lloraba por cansancio o por ira.
Me lancé hacia él con intención de agredirle como fuera, pero el me agarró de las muñecas y me atrajo hacia él sin abrazarme y sin soltarme, apoyó su frente sobre mi cabeza.
-Lo siento- Susurró.
Seguí llorando, desahogándome y empapando su camisa agujereada con mis lágrimas.

Al medio día, una brillante Mary apareció canturreando por la puerta.
-¿Quién se va a venir conmigo a comer y a pasar una tarde solo de chicas?-
No podía estar hablando de mí, ¿o sí? Me escondí debajo de la mesita del salón.
-¿Liset? ¿Estás arriba?- Gritó con más fuerza.
Estaba apunto de salir corriendo por la puerta mientras ella subía las escaleras cuando Break me delató.
-¡Está aquí!-
Lo mire enojada y el se encogió de hombros con una sonrisa burlona.
Después de llorar, en silencio nos pusimos a ver la tele, sin decirnos nada más.
Parecía que había pasado la prueba y que nuestra “relación” había mejorado.
-¡Liset! ¿Qué hacías bajo la mesa? ¿No me has oído llamarte? Vamos deprisa he reservado en Meats espero que te guste la carne ¿te gusta?-
-Supongo-
Siempre que Mary iniciaba su cháchara incesante solo oía bla, bla, bla y me costaba responder.
-¿supones? Ja ja ja-
Mary estaba muy feliz tanto que estaba empezando a contagiarme.
-Tenías razón no te habíamos dado la bienvenida y solo hay una manera en que yo te de la bienvenida- dijo ampliando más la sonrisa.
-¿Me vas a invitar a comer?- pregunté sorprendida.
-Te voy a comprar ropa- rectificó alzando un dedo al estilo profesora.
Me puse pálida, más pálida de lo normal y Mary me miró alzando una ceja y con los brazos cruzados.
-¡oh vamos! ¿tienes miedo de la ropa?-
-Déjala, está forrada, tiene en el banco más dinero que el alcalde, es una rica heredera-
Dijo Break.
Mary lo miró enfadada, le había visto feliz, preocupada, amorosa, horrorizada, ¿pero enfadada? Me estaban ocultando algo, bueno seguro que millones de cosas solo los conocía de un par de días, mi razón cazadora me estaba volviendo paranoica.
Meats era un restaurante familiar, lleno de mesas rectangulares con sillones de plástico rojo a ambos lados de las mesas, una larga barra donde los camareros pedían las órdenes a la cocina ocupaba todo el fondo del restaurante.
Estaba alucinando, estaba lleno a rebosar de familias que comían ¿ruidosamente?.
-Está… lleno…- dije.
-¡Pues claro! Meats es el mejor del pueblo y aquí nos sentimos seguros…
Se calló mordiéndose el labio al darse cuenta que había dicho más de lo que debía, hice como si no la hubiese escuchado o como si lo que hubiese dicho no tuviera importancia y Mary agradecida se relajó.
Nos sentamos en una mesa del fondo, comimos y hablamos de cosas sin sentido para mí, tipo el color de pintauñas que le sentaría mejor con aquella camiseta…
El tiempo se nos pasaba lentamente, se hacía eterno y me sentía como en otro mundo, estaba como mirando al infinito siendo usada de maniquí por Mary, asintiendo y negando repetidamente, Mary parecía una niña feliz jugando con su muñeca nueva. Nos dimos cuenta de que el sol se había puesto cuando salimos de la tienda y como una autómata programada para activarse al anochecer me desperté y me puse en guardia, con los sentidos bien alertas.
Algo nos estaba observando en la oscuridad, podía sentirlo.
Mary se puso nerviosa, habíamos dejado el coche en el parking de Meats calle arriba, había como cuatro casas separándonos del coche y no estaba segura si podía llegar al coche tranquilamente sin alterar a Mary.
-¿Liset?- preguntó Mary tragando saliva y sudando como un pollo asado.
-¿Si?-
-¡Corre!-
-¿Qué…-
-¡Corre!-
Mary me cogió del brazo y salió corriendo conmigo a rastras, podía correr más rápido que Mary pero aun así no la alcancé, estaba vigilando la retaguardia.
Casi habíamos llegado, Mary estaba intentado nerviosamente introducir las llaves en el coche pero no lo conseguía, tomé las llaves y rápidamente abrí el coche empujando a Mary en al asiento del piloto.

Volvia hacía la puerta del copiloto cuando una niña me agarró por la cintura gritando.
-¡Ayudadme!,¡por favor ayudadme! ¡Me están persiguiendo! ¡quieren matarme!-
No me lo pensé dos veces abrí la puerta trasera y empujé a la niña dentro, entré rápidamente tras ella y Mary arrancó velozmente. Íbamos increíblemente rápido, demasiado para la velocidad estipulada para los coches en los pueblos, pero estábamos corriendo por nuestras vidas, casi nos estrellamos contra la verja de la casa, miramos a ambos lados de la calle.
-¿Ves a alguien?- Pregunté
-No vía libre a la de tres 1, 2, ¡3!-
Salimos del coche y corrimos hacía la casa sin cerrar las puertas del coche, de todas formas ¿Quién iba a robarlo?
Break estaba en la entrada sosteniendo la puerta abierta.
La niña parecía no poder más, estaba apunto de caer al suelo.
-¡Vamos entra!- Break la agarró y la arrastró a la casa.

viernes, 2 de octubre de 2009

Capítulo 10

10


El cuarto de Vincent era mucho más grande que el mío, con un equipo de música y un enorme piano de cola.
-¿La pieza de Liszt la tocaste tú? la otra mañana quiero decir- Pregunté fascinada, Vincent asintió levemente, y le señaló que se sentara.
-Ambos tenemos mucho que contar, no solo yo, porque me vas a tener que explicar que es lo que estás haciendo aquí, la verdad, no ese estúpido cuento de estudiante y limpiadora- Dijo autoritario pero sin rudeza.
-ya te lo dije, soy una cazadora de la orden Black Lily y he venido… bueno, he venido a encargarme de los vampiros que se han asentado aquí como si el pueblo fuera su reino de placer.- Concluí satisfecha.
Él me miraba directamente y me encogí sonrojándome. Continué explicándole.
- Estoy bien entrenada, me viene de familia, mi abuelo… mi abuelo también era un cazador de la orden. - Iba a decir que mi abuelo era el fundador y director de la orden y academia pero, si decía la verdad con respecto a que su padre era un cambia formas, debería estar enterado de que el director era un vampiro y claro me aria preguntas que aún no podía responderle.
-¿Que no me preocupe?- Saltó en el segundo que duraron mis pensamientos.
-¿Saben Mary y Break que eres un licántropo?- lo interrumpí, no quería otra de a pobre Liset, tan pequeña, bla, bla, bla.
Vincent me miró enfadado.
-¿Cuántas veces tengo que decir que no soy un licántropo, para que te entre en tu cabecita?- Dijo enfatizándolo dándome un pequeño golpe en la cabeza.
Me encogí todavía más.
-Está bien, no lo eres, entonces, ¿que eres exactamente? ¿A qué te refieres con semi?
Él seguía mirándola ceñudo, esperando por una respuesta convincente.
-Bien- Suspiró.
-Mi padre era un cambia formas y mi madre una mujer lobo, licántropo o como quieras llamarla. - Terminó diciendo.
-¿Ya está?- Pregunté, obviamente esperando algo más extenso.
El se encogió de hombro restándole importancia.
-Normalmente puedo transformarme en perro normal, solo que cuando hay luna llena, no puedo controlar la transformación y me transformo en esa especie de hombre perro que viste anoche, no pierdo el control, a mi no me posee ningún demonio como a los hombres lobo, si es a lo que te preocupa, aunque si me vuelvo un tanto irritable. -

Me quité la única cadena que llevaba en torno al cuello y le enseñé el colgante.
Un lirio negro tallado en ónice negro con pequeños diamantes negros en el centro.
-Mi insignia, si te acercas y la miras detenidamente te darás cuenta que en los pétalos está tallado mi nombre y el nombre de la organización.- me acerqué a el.
-¿Ves.?-
Él asintió y, para mi sorpresa, sacó el suyo propio de un cajón de su cómoda.
-¿Tú también eres un cazador?- solté asombrada, alzando demasiado la voz.
-¡Sshhh!- me calló tapándome la boca.
-No, no lo soy, es de mi padre, por eso no lo llevo encima.-
Lo miré con los ojos abiertos de par en par.
-¿Tú padre? Y porqué lo tienes tú… - Me callé de repente, sólo podía significar una cosa. El asintió a mi silencio confirmando mis pensamientos.
-Murió, lo enviaron aquí a investigar que ocurría aquí, y bueno, no volvió a casa. -
Me tapé la boca horrorizada.
- Y tú… Estás aquí para buscarlo. - Dije
-No. Él está muerto, encontraron su cuerpo y me enviaron su insignia. He venido a buscar a los cabrones que lo mataron y a despedazarlos.-
Al momento salte y lo agarré de los hombros.
-¡No puedes hacer eso! ¡No tienes preparación! ¿Y si te pasa algo? -
-¿Y?.- Me cortó.
-No te ofendas Liset, pero ¿Qué diferencia hay entre una niña de 16 años preparada para pelear y un cambia forma medio licántropo? Soy más fuerte, más rápido y temible que tú. Y además, no debería importarte lo que me pase, nos conocemos de qué ¿dos días? -
No me ofendió su comentario, solo me dolió como una fuerte patada contra mi pecho.
-¡Me importas!- Le grité con lágrimas en los ojos.
-¡Tú, estúpido idota! ¡Me importas! Y también Mary ¡incluso Break!-
Paré a respirar, ya que me estaba quedando si aire.

De pronto, me vi rodeada por unos fuertes brazos y un ancho y musculoso pecho. Vincent me
estaba abrazando fuertemente, demasiado fuerte…
-…ncent… respirar…- conseguí decir, casi sin aliento.
-¡oh, perdón! Lo siento, no sabía que nos apreciabas tanto.-
Me puse colorada como un tomate.
-Break y Mary… ¿Saben…- Dije muy bajito, casi susurrando, abrigada en su abrazo.
-¿Lo mío? No. Lo de los vampiros, si.-
No me asombró, su comportamiento era muy sospechoso. Él continuó.
-¿Cómo no saberlo? todos lo saben, o al menos, lo intuyen. Aunque realmente no quieren averiguar si sus sospechas son ciertas, ni siquiera quieren pensar mucho en ello, temen las consecuencias-
-¿Consecuencias?- Repetí.
-Sí, ya sabes- Hizo un gesto con la mano como de colmillos mordiendo.

Estaba asombrada, ¿todos lo sabían? y no hacían nada al respecto? bueno, alguien seguro habría llamado a la orden, después de todo el padre de Vincent vino a encargarse de ellos al igual que yo. O tal vez, algún cazador lo descubriera pasando alguna vez por aquí sin más. ¿Por qué no me habían informado sobre Vincent? Siempre eran muy meticulosos con los encargos e informaban todo tipo de detalles, por ejemplo, sabía que había unos 100 habitantes y unos 20 vampiros en la superficie controlando todo y unos 70 en las alcantarillas, que subían por las noches a divertirse con algún humano asustado.

Me costó salir de los cálidos y fuertes bazos de Vincent pero aun así lo hice.
Acordamos no decir nada el uno del otro a los demás, y a partir de ahora podría contar con la ayuda de Vincent especialmente, las noches de luna llena.

Me sentía aliviada, compartía mi secreto con el chico que me gustaba, aunque este solo me viera como una hermana pequeña. Estaba... ¡flotando! Ya ni me acordaba de haber discutido con Mary y Break y cuando salí por la puerta, un brillante y caluroso sol me golpeo de lleno mareándome. Entré de nuevo, y en la sombra de la casa me empecé a sentir mejor. ¿Qué diablos me pasaba? Nunca me había mareado. Aunque no pareciera ser un “vampiro completo” aun así, no había enfermado ni una sola vez desde pequeña, al contrario que el resto de los niños vampiros que sufren debilidad hasta que en la madurez comienzan a fortalecerse poco a poco, pocos llegaban a la edad suficiente como para madurar y morían antes de los 14 años. Yo definitivamente era distinta.
Levanté poco a poco la cabeza y allí estaba Break con una expresión nada amistosa.