jueves, 22 de octubre de 2009
capítulo 13
13
Mientras despertaba de mi soñolencia, empecé a oír susurros, la vista se me aclaraba.
Los chicos hablaban ¿de mí?
-No podía contárnoslo, yo lo descubrí sin querer, lo siento-
Ese parecía ser Vincent, siempre tan amable y caballeroso.
-Mmm, se las da de chica dura pero solo es una cría-
¿Break? ¿Me estaba justificando o acusando?
-Bueno ya está todo aclarado ¿o hay más secretos que debamos saber?-
Esa era Mary ¿Se refería con eso a la situación de Vincent? ¿Sabría Mary que él era un cambia forma?
-Nada más, al menos, nada más que se deba hablar esta noche- Vincent de nuevo.
-Mary, despierta a Liset, llévatela arriba y acostaros, Break sube tú también, necesitas descansar para relevarme, más tarde subiré y te despertaré, yo me quedaré a vigilar la casa y la chica-
Vincent volvía a su tono autoritario y paternal, y los demás no podían más que aceptar todos sus mandatos sin rechitsar.
-Pronto.- La hermosa mujer me sonreía y me decía una y otra vez esa palabra, cada vez que dormía soñaba lo mismo, pero esa noche el sueño cambió. La hermosa mujer alzó una mano hacia el espejo y una fina y blanquecina mano de uñas blancas y largas, perfectamente cuidadas, atravesó el espejo y me acarició el rostro.
Me desperté de nuevo exaltada, me toque la mejilla, donde ella me había tocado, y estaba cálido, la palma de la mano empezó a escocerme y quemarme, retiré la mano de mi mejilla y cuando la miré me asombré tanto que del salto que metí me caí de la cama.
Estaba más clara, la marca de nacimiento con forma de rombo que tenía en la mano derecha, antes casi negra, ahora estaba marrón. No podía creerlo, me la volví a mirar y, sí, estaba más clara y ¿más pequeña? Corrí al baño y me miré en el espejo, todo seguía igual, no había nada distinto en mí. Por pura curiosidad, me volví a tocar la mejilla, pero no ocurrió nada.
Baje al salón extrañada y desilusionada por la leve ilusión de estar pasando la madurez vampiro. Al entrar, me encontré a Break con una ristra de ajos colgándole del cuello y crucifijos en ambas manos.
Intenté aguatarme la risa como pude, sin conseguirlo y acabé estallando en carcajadas y aguantándome el abdomen que me dolía por reírme tanto.
-¿Se puede saber que te hace tanta gracia?- Me dijo gruñendo.
-jajajaja, no puedo.... jaajajaja... es que.... jajajaja- Intenté contenerme y recomponerme, enjuagándome las lágrimas.
-¿As visto la pinta que tienes? no sé que sabes sobre los vampiros, pero ajo y crucifijos no te servirán de nada.-
-¿A qué te refieres?- Me preguntó ceñudo y en segundos le cambió la expresión de una de comprensión a una de asombro.
-Bien Buffy, ilumíname.-
-¿Buffy?-
-La caza vampiros, ¿la fox? serie de televisión.-
Me explicaba lentamente, moviendo los brazos, como si yo fuera tonta. Bueno, algo falta de información televisiva si que me faltaba, después de todo, apenas me dejaban ver la televisión cuando era pequeña y por supuesto, nada de televisión en la academia.
-No pierdo mi valioso tiempo frente a la caja tonta.- Dije exasperada.
-Pobre de ti, que infancia tan triste has tenido.- Me miró con fingida pena.
-No he tenido una infancia triste. Es solo... que prefería leer o pasear por el campo, antes que estar sentada viendo dibujos animados.-
-mmm eras la típica niña autista que prefería estar sola antes que jugando con otros niños.- Dijo afirmando con la cabeza, completamente convencido.
-Como sea.- Concluí antes de que me enfadara más.
-Quítate ya esas cosas, debes tener un poco más de sentido común y trazar una línea entre ficción y realidad y olvídate de todo lo que ayas visto en la tele, son todo mentiras.-
-¿Cómo lo sabes si no as visto la tele?-
“Chico Punk 1, cazadora de vampiros 0”
Me sonrió de oreja a oreja al darse cuenta de que había dado en el clavo.
-Bueno… Es cierto que no he visto mucho la televisión, pero si que he leído libros, por simple curiosidad de cómo nos ve el mundo.-
-A los vampiros y a los cazadores quiero decir.- Rectifiqué y aclaré lo más rápido que pude, y para mi alivio, él no notó mi breve nerviosismo.
-Mmm ¿entonces como podemos matarla si se vuelve loca?- Preguntó frunciendo el ceño.
-Luz del sol. Es lo más efectivo y limpio.-
-Luz de sol, típico de peli ¿nada más? ¿Estacas, plata, agua vendita?-
-Buff, ya te he dicho que te olvides de la ficción, los vampiros no son esos seres diabólicos que salen en las pelis y en los libros, el folclore ha hecho mucho daño a nu… a la imagen de los vampiros en general.- Ésta vez, sí que lo notó o algo se olió por que su expresión cambió de golpe y me habló muy rudamente.
-¿Los defiendes? ¿El folclore os ha hecho daño? ¿A los vampiros y cazadores o a los vampiros? Dime, ¿qué ocultas tras esa fachada de niña dura?-
Break estaba peligrosamente cerca tan de la verdad como de mi cara. Me agarró fuertemente ambos brazos y me empotro contra la pared.
-¡Contesta! Lo he dejado pasar por los últimos hechos pero ahora te toca aclarar las cosas.- Su rabia me estaba golpeando duro, la unión de sus manos en mis brazos me dolía a rabiar, apretaba muy duro y seguramente me dejaría marca, aún así, aguanté las ganas de llorar y saqué un valor inesperado, no sé como, me solté de su agarre y le marqué la mejilla con mi mano derecha. La sangre me hervía, metafóricamente, pero ahora también, me volvían a arder los ojos, literalmente.
Me apoyé en el gran reloj de cuco y por el reflejo del cristal pude ver fugazmente como los ojos me cambiaban de rojo fuego al gris azulado de siempre.
Me asusté y mire a Break, el no se había dado cuenta de mi breve cambio de color de ojos, puesto que estaba tirado en suelo mirando hacia abajo y frotándose la mejilla golpeada.
Pasamos un rato en un silencio incómodo, Break al final se levantó y me miró inexpresivo.
-Pegas duro pequeñaja.- Al decir esto sonrió y me tendió una mano, la agarré atenta y cautelosa y al ver mi reacción su sonrisa desapareció y me soltó la mano.
-Lo siento. Es solo que todo esto me está volviendo loco.- Se disculpó esquivando mi mirada y frotándose el pelo.
-Sigues pensando que soy un vampiro.- Afirmé.
-No, ahora que sé… más cosas, pienso que eres…- Miró a la chica pre-vamp y la señaló con la cabeza.
-¿Cómo ella? ¿Una pre-vampiro dices?- Pregunté asombrada.
Claro, el estaba medio loco con eso de los vampiros, y aunque no iba muy desencaminado, ya me gustaría a mí ser una pre-vampiro y no una inadaptada social en el mundo vampiro.
-No, no lo soy, más quisiera.-
Me miró ceñudo, por supuesto, con la visión que tenía de los vampiros, no entendía el porqué yo quería ser uno.
-No me malinterpretes, te dije que no sabes nada de los vampiros, no todos son como los de este pueblo, ¿sabes? Y para tu información todos los cazadores son o Vampiro, o Damphir, o cambia forma. Tienes que tener una habilidad especial para poder cazar a estas criaturas descontroladas, un humano corriente no tiene ninguna oportunidad contra ellos, quizás con los humanos convertidos, ¿pero con los pura sangre? Rotundamente NO.
-¿Y tú cual eres?- Me preguntó interesado y a mí me descolocó y entristeció brevemente.
-No soy nada, soy humana, simple y corriente.- Dije con dureza y dolor.
-¿Y porqué eres cazadora si solo eres una HUMANA más?- enfatizó tanto el “humana” que casi entro en cólera de nuevo, pero me tragué el orgullo.
-Cosas de la vida. La cuestión aquí es, que no os hagáis los valientes y nos dejéis el trabajo sucio a Vincent y a mí.- Coté tajante y cambié rápidamente de tema.
-Éstas aran su cometido, si algún pura sangre asoma la nariz y aun queda mucho para la salida del sol.- Dije besando el cañón de mi zig.
-Si, muy bonito, estás bien protegida, ¿pero y nosotros?-
-No os pienso dejar ni una de mis armas, si es lo que estabas pensando, vosotros quedaros quietitos aquí en la casa, que ya nos encargamos Vincent y yo de matar a los vampis.-
-Oh que conmovedor, Vincent y tu, tú y Vincent una y otra vez ¿Por qué el si y yo no?-
“Wow alguien está celoso”
-Porque su padre era un cazador también, y el ha crecido viendo a su padre entrenar y sabe a que atenerse.-
-Me encanta vivir con un tío dos años y no saber nada del.- Dijo Break con odio.
-oh vamos, no le recrimines nada, todos tenemos nuestros secretillos que no podemos contar.-
-¿Cómo tú evadiendo mis preguntas? ¿Es que guardas algo más a parte de ser una cazadora HUMANA?- Me miró escéptico volviendo a enfatizar la dichosa palabra.
-Mmm claro, como he dicho, todos tenemos nuestros secretillos, apenas sé de ti y de los demás.- Contraataqué velozmente, poco a poco me estaba librando de mi fachada de chica dura y la estaba sustituyendo por una chica dura de verdad.
-Nací en Brooklin, me mudé hace 4 años con mi familia a Italia, cosas del trabajo de mi padre, decidí independizarme y vivir por mi cuenta mientras estudiaba hace dos años, y sí, estudio en Bella rose. Te toca.-
Arrugué la nariz no muy contenta con su explicación.
-Nací en Venecia, mi madre murió al darme a luz, más tarde mi padre se volvió a casar y me dio un lindo pero pesado hermanito el cual ahora tiene 11 años, con 14 años entré en la academia de caza vampiros ya que mi abuelo pertenecía a ella, hace un mes me gradué y me mandaron aquí. Fin.-
-Sabes, eso está muy bien, pero aun no me as contado los detalles morbosos, esos que te callas.- Me dijo alzando las cejas repetidas veces.
-No sé de qué me hablas.- Me hice la tonta y me fui directa a las escaleras para subir a dormir un rato más pero me paró en seco.
-¡Ah, no! Vasta de evasivas, no lo voy a olvidar, y si no me lo dices, tendré que averiguarlo por mi cuenta.-
Me solté y subí corriendo como una bala las escaleras y no paré hasta estar tras la puerta de mi cuarto bien cerrada con el seguro puesto, esa absurda amenaza no me gustaba nada y, por poco que me gustara, tenía razón, ya era hora de que les contara todo, ahora eran mis amigos, ¿No?
viernes, 16 de octubre de 2009
Capítulo 12
Cuando entramos en casa, nos tiramos al suelo asfixiadas, estábamos temblando y no podíamos decir ni una palabra.
-¿Qué ha pasado?- Preguntó Vincent mientras bajaba las escaleras. Corriendo fue hacia Mary y se arrodilló junto a ella.
-¿Estáis bien?-
Aunque el supiera que yo podía defenderme, me hubiera hecho ilusión que se preocupara más por mi, aunque dijo “estáis“.
-Ahora sí- dijo Mary casi sin aliento.
-Sentimos que alguien nos observaba y corrimos al coche, seguramente sería un pervertido o un alcohólico- dije.
De repente Vincent se sobresalto y miró a la derecha de Mary donde la niña descansaba.
-¿Quién es esta niña y quien rayos la ha dejado entrar?- Gritó con furia.
Ahora más tranquila, noté que la niña olía como los niños vampiros previos a alcanzar la madurez.
Levanté a la niña por el cuello del vestido, abrí la puerta y la lancé a la calle.
La niña aporreaba la puerta con increíble fuerza.
-¡Dejadme entrar!- Gritaba.
-¡Por Dios Vincent! ¡Liset! ¡Es solo una niña!- Saltó Mary en su ayuda tratando de abrir la puerta.
-¡Es un vampiro!- Gritó Vincent.
Mary y Break miraron a Vincent con los ojos abiertos de par en par y luego a mí.
-¡Ella lo sabe!- Se quejó Vincent exasperado por que nadie le respondía a su pregunta.
-¡Por favor! ¡Dejadme entrar! ¡Por favor! No os aré nada, me están persiguiendo ¡quieren matarme!-
La niña pre-vampiro lloraba desconsoladamente en la calle aporreando la puerta intentando abrirla.
-¿Quién la invitó a entrar? ¡Deshaced la invitación! ¡Deprisa!- Gritó Break.
Vincent me miró negando y yo le devolví la negación. Obviamente Break no sabía nada de los vampiros “reales” y demasiado de los ficticios.
Nadie decía nada.
-¡Break! ¡Fuiste tú! Rápido deshaz la invitación- Dijo Mary alterada.
-Retiro mi invitación, ya no eres bienvenida en esta casa-
Dijo Break confundido, no recordaba que el la invitara a entrar.
La niña seguía aporreando la puerta con mucha fuerza, fuerza adquirida de su próxima madurez.
Suspiré cansada de tanta ignorancia y alcé mi mano hacia el hombro de Vincent.
-Tranquilo, yo me ocupo de ella, es solo una pre-vampiro aún no ha completado su desarrollo.-
Vincent me miró preocupado, pero ambos sabíamos que yo podría hablar con ella y él no podía arriesgarse a ser descubierto.
Me abrió la puerta y me dejó salir mientras Mary chillaba preocupada.
-¿Qué haces? ¡Liset vuelve!-
Empujé a la niña y cayó al suelo, comenzó a llorar con más fuerza, estaba cubierta de barro, llevaba un vestido rosa de tirantes con una camiseta blanca de mangas largas debajo y medias del mismo color, tenía el pelo largo liso y rubio, que llegaba por la cintura, una verdadera monada.
Puede que me hubiera pasado un poco. Me acerqué lentamente a ella, al mismo tiempo que de las sombras del jardín salían dos hombres enormes, no, ¡eran vampiros! ¡Pura sangre! los primeros que veía sin contar a la niña llorona, éstos realmente parecían duros y seguramente me darían mucho trabajo si me enfrentase a ellos.
-¡No! ¡Por favor! ¡Dejadme entrar!- La niña me miraba suplicando.
Sin pensarlo, agarré a la niña y la lancé a la entrada, salté y le pegué un rodillazo al vampiro más cercano. Vincent salió en mi ayuda con un gran palo ¿de escoba? ¿Es que no había encontrado nada mejor en la cocina? ¿Algo útil como un cuchillo?
“¡Hombres!”
Atizó al otro, el cual no le dio tiempo de reaccionar y retrocedió tambaleándose.
Me adelanté a Vincent y les mostré mi colgante, al reconocerlo se dieron media vuelta enfadados y se fueron por donde habían venido.
-¡Volveremos!- Dijo uno de ellos hacia mí, antes de desaparecer en la oscuridad.
Mierda, a la puta mierda mi tapadera, ahora todos los vampis sabría que hay una cazadora husmeando por aquí. Bueno, aún tengo a mi favor que no saben que no tengo el talento innato de un cazador Vampiro o Damphir.
“¡Lucky!” pensé enfadada.
-¿Te as vuelto loca?- Me gritó Vincent.
-¿Te arriesgas por un vampiro? ¿Acaso eres suicida?- Siguió Break.
Les ignoré, tiré de la chica escaleras arriba y la empujé a mi habitación, de inmediato Vincent nos siguió.
Cogí mi amada Zig de la banqueta y apunté con ella a la niña.
-Balas ultravioleta, ¡Habla!- Le amenacé.
Matar a la niña justo antes de su madurez solo haría acelerar el cambio y se transformaría en algo parecido a un humano convertido. Pero las balas ultravioleta podían matar completamente a un pre-vampiro, sin arriesgar a que se transformaran.
-So… soy Angel, tengo 14 años…-
-¡No me importa quien seas! ¡Solo tus intenciones!-
La niña miró a Vincent rogando por un poco de comprensión, pero éste no iba a dársela.
-Esos vampiros me perseguían porque vi algo que no debía, querían silenciarme-
Consiguió decir.
¿Silenciarla? ¿Acaso se les había subido tanto el poder a la cabeza que hasta mataban a sus hijos?
“Al Capone Us Vampi Sádico”
-¡Habla! Y más te vale decirme algo que me crea- Dije.
La niña estaba temblando, asustada ¿realmente decía la verdad? ¿O se sentía asustada del arma?
-Mi- Mis padres son humanos, fui adoptada, un día llegó una carta del alcalde citándome, hoy era la cita y cuando fui a verlo, lo encontré…-
La niña lloriqueaba otra vez, y yo estaba perdiendo la paciencia.
-Lo encontraste como- La urgió Vincent, viendo que yo empezaba a perder la paciencia.
-¡Muerto! El cadáver tendría un par de días pero parecía que nadie sabía nada, una vampiro que no había visto nunca estaba sentada en su mesa, daba mucho miedo, de verdad, era como un monstruo… salí corriendo, esos vampiros salieron tras de mí y entonces os vi…-
Bajé el arma, podía sentir que la niña no mentía, pero aún así estaba alerta.
No podía confiar en ella, podría estar mintinendo, los vampiros de antes podrían ser sus cómplices de un plan urdido para cenarnos a todos.
Las peleas por el poder no eran nada nuevo para los de mi raza, desde que nuestra “Reina” no aparecía desde hacía siglos, “si es que había habido alguna vez una Reina…“ Todos se disputaban el puesto.
Le inyecté un preparado tranquilizante, no la mataría, pero sí la dejaría grogui durante horas, después con la ayuda de Vincent, la atamos de pies y manos y la llevamos abajo de nuevo.
Por fin me dirigí a mis compañeros que me observaban desde el sofá.
-Todo controlado, si miente o no se verá cuando despierte y si lo hace…-
Levanté mi Zig cargada de balas ultravioletas y le quite el seguro.
Mary me miraba horrorizada, Vincent asentía y Break… él desplazaba su mirada de Vincent a mí y viceversa repetidas veces.
¿Tenía que contárselo todo a los otros? No sabía que hacer, me mordía el labio con frustración pensando que hacer cuando Vincent carraspeó llamando la atención de todos.
-Se lo conté todo, para protegerla, ella insistía en salir a trabajar de noche, si iba a vivir aquí, tenía que ponerle al corriente de los peligros que podrían sucederle o tarde o temprano acabaría muerta.-
Mary suspiró aliviada, como si le hubieran quitado un gran peso de encima.
-¡Esperad! ¿Qué ha sido todo ese numerito de antes?- Espetó Break.
-Una chica que acaba de enterarse no solo de que los vampiros existen sino que vive rodeada de ellos estaría horrorizada, si es que se lo creyese, y tú saliste a por ella, la subiste arriba y al rato aparecéis cargando con ella inconciente y atada y por supuesto no olvidemos, sosteniendo una pistola como si supieras usarla-
A Break no se le escapaba ni una, a él no podría dársela, no.
-¡Oh vamos Break! ¡Todo el mundo en América tiene pistolas! Deberías saberlo eres de allí- saltó Mary, como siempre en mi ayuda.
-Si, pero esto no es América- Siguió Break.
-Técnicamente he sido yo quien la ha bajado aquí, y yo le señalé a Liset que la llevara arriba, tenía una cuerda en mi habitación, y pensé que sería mejor interrogarla lejos de Mary y por supuesto, la pistola es mía, la cual le enseñé a usar en un momento, menos mal que Liset es una chica lista que aprende rápido- Me miró y sonrió.
Yo me sonrojé y noté como Mary me miraba confusa, abriendo mucho los ojos. ¿Pensaría que Vincent y yo teníamos algo? Bueno, yo definitivamente quería algo con él.
-¿Y no me lo podías haber pedido a mí?- Siguió relatando Break.
-Uno de los dos se tenía que quedar aquí abajo cuidando de la casa y de Mary-
Break se disponía a seguir discutiendo cuando lo detuve alzando una mano.
-No importa Vincent, gracias, pero será mejor contárselo todo-
Esperé a ver la reacción de los otros en especial la de Vincent y este asintió animándome a continuar.
-Bueno yo…- Tragué saliva. No sabía como empezar, no sabía que decir, y Vincent, en un gesto que observé como pura amabilidad típica de un caballero como él, me ayudó a terminar.
-Es una cazadora de vampiros, de monstruos en general, ha venido a encargarse de “limpiar” este pueblo, ¿Verdad?- Me miró sonriendo, y una vez más me puse roja como un tomate y asentí, ahora con más valor le devolví la sonrisa.
-¿Una qué?- Preguntaba Break exasperado, mientras Mary saltaba indignada.
-¡Vincent! ¿Tú lo sabías? ¿Cómo? ¿Desde cuando? ¿Por qué no nos lo dijiste?-
Mary habló con tal rapidez atropelladora que me mareó “literalmente” caí al sofá y nuevamente perdí el conocimiento, entre el ajo de esta tarde y las emociones que le siguieron, estaba exhausta.
miércoles, 7 de octubre de 2009
Capítulo 11
-¿Que ha sido eso?- preguntó.
-¿el qué?- se hizo la tonta sabía a que se refería.
-Nada, ¿podrías acompañarme un momento?-
Asentí. Lo seguí hasta un pequeño almacén oculto debajo de las escaleras.
-Las damas primero-
Entré manteniéndome en guardia y tras entrar él, Break cerró y puso el pestillo.
Se apoyó en la puerta con los brazos en cruz sobre el pecho, insinuando que no podría salir hasta que él quisiera.
-¿Y bien?- le preguntó ella.
-bien- habló Break.
-Hora de decir la verdad-
Empecé a sentir nauseas, y la garganta comenzó a picarme, algo en el aire, un olor, me estaba afectando ¿ajo? No soportaba el ajo, era absolutamente alérgica al ajo y me hacía vomitar e hinchárseme la garganta. La pequeña habitación estaba llena de ese olor.
-¿algún problema? ¿Tal vez estás sintiendo los efectos del ajo?- sonreía mientras hablaba.
“¡Capullo!"
No sé que información tenía él sobre los vampiros, pero el ajo, no molestaba para nada a los vampiros, es cierto que con su fino olfato, les desagradaba, todos los olores fuertes lo hacían, pero nada más fuera de la realidad.
Si no hacia algo, pronto se me hincharía tanto la garganta que acabaría asfixiándome.
-¡Idiota! ¡Soy alérgica al ajo! ¿Es que quieres que me muera de asfixia?- dije con voz ronca, tosiendo y agarrándome la garganta.
Él no dejaba de sonreír, triunfante, pensando que estaba derrotando al vampiro malo.
Sacó un crucifijo y me lo plantó en mi fatigada y sudorosa cara amarilla, su semblante se volvió osco al ver que no ocurría nada.
-¿Decepcionado?- Dije cada vez con menos voz.
-¿Esperabas que empezara a arder y a retorcerme de dolor?- conseguí darle una sonrisa de suficiencia bajo todo mi dolor. Ya casi no me entraba aire, me caí de rodillas, aguantándome la garganta e intentando respirar, consiguiendo solo que entrara más olor a ajo en mi interior. Comenzaba a perder el sentido, todo se emborronaba delante de mí y ya no entraba aire en mis pulmones. Escuché el sonido de una puerta abriéndose y me desmayé.
No sé cuanto tiempo estuve inconsciente, pero cuando desperté, ya me encontraba mejor, el aire ya llegaba a mis pulmones y el picor de mi garganta iba desapareciendo.
Escuché que alguien se incorporaba del sillón de al lado, pero no se me acercó.
Giré la cabeza para ver a Break allí alzado mirándome algo preocupado.
-Estás... loco…- Apenas conseguí decir con la voz un poco áspera.
Break seguía de pie, no se había movido ni un ápice ¿seguía decepcionado por no haber resultado su plan?
Todo se me vino encima de golpe y mi fachada de chica dura se fue por el desagüe con el resto de mi dignidad.
Empecé a llorar, no solo se me saltaron las lágrimas, lloraba como un bebé llora por su madre, estaba harta, todo era nuevo para mí, los chicos, las bestias, las amigas...
Al parecer eso hablando un poco a Break porque se me acercó y me pasó la mano por la cabeza revolviéndome el pelo.
-Vamos renacuaja, solo era una broma de bienvenida-
Lo miré entre sollozos.
-¡Y un cuerno broma de bienvenida!- Ahora no sabía si lloraba por cansancio o por ira.
Me lancé hacia él con intención de agredirle como fuera, pero el me agarró de las muñecas y me atrajo hacia él sin abrazarme y sin soltarme, apoyó su frente sobre mi cabeza.
-Lo siento- Susurró.
Seguí llorando, desahogándome y empapando su camisa agujereada con mis lágrimas.
Al medio día, una brillante Mary apareció canturreando por la puerta.
-¿Quién se va a venir conmigo a comer y a pasar una tarde solo de chicas?-
No podía estar hablando de mí, ¿o sí? Me escondí debajo de la mesita del salón.
-¿Liset? ¿Estás arriba?- Gritó con más fuerza.
Estaba apunto de salir corriendo por la puerta mientras ella subía las escaleras cuando Break me delató.
-¡Está aquí!-
Lo mire enojada y el se encogió de hombros con una sonrisa burlona.
Después de llorar, en silencio nos pusimos a ver la tele, sin decirnos nada más.
Parecía que había pasado la prueba y que nuestra “relación” había mejorado.
-¡Liset! ¿Qué hacías bajo la mesa? ¿No me has oído llamarte? Vamos deprisa he reservado en Meats espero que te guste la carne ¿te gusta?-
-Supongo-
Siempre que Mary iniciaba su cháchara incesante solo oía bla, bla, bla y me costaba responder.
-¿supones? Ja ja ja-
Mary estaba muy feliz tanto que estaba empezando a contagiarme.
-Tenías razón no te habíamos dado la bienvenida y solo hay una manera en que yo te de la bienvenida- dijo ampliando más la sonrisa.
-¿Me vas a invitar a comer?- pregunté sorprendida.
-Te voy a comprar ropa- rectificó alzando un dedo al estilo profesora.
Me puse pálida, más pálida de lo normal y Mary me miró alzando una ceja y con los brazos cruzados.
-¡oh vamos! ¿tienes miedo de la ropa?-
-Déjala, está forrada, tiene en el banco más dinero que el alcalde, es una rica heredera-
Dijo Break.
Mary lo miró enfadada, le había visto feliz, preocupada, amorosa, horrorizada, ¿pero enfadada? Me estaban ocultando algo, bueno seguro que millones de cosas solo los conocía de un par de días, mi razón cazadora me estaba volviendo paranoica.
Meats era un restaurante familiar, lleno de mesas rectangulares con sillones de plástico rojo a ambos lados de las mesas, una larga barra donde los camareros pedían las órdenes a la cocina ocupaba todo el fondo del restaurante.
Estaba alucinando, estaba lleno a rebosar de familias que comían ¿ruidosamente?.
-Está… lleno…- dije.
-¡Pues claro! Meats es el mejor del pueblo y aquí nos sentimos seguros…
Se calló mordiéndose el labio al darse cuenta que había dicho más de lo que debía, hice como si no la hubiese escuchado o como si lo que hubiese dicho no tuviera importancia y Mary agradecida se relajó.
Nos sentamos en una mesa del fondo, comimos y hablamos de cosas sin sentido para mí, tipo el color de pintauñas que le sentaría mejor con aquella camiseta…
El tiempo se nos pasaba lentamente, se hacía eterno y me sentía como en otro mundo, estaba como mirando al infinito siendo usada de maniquí por Mary, asintiendo y negando repetidamente, Mary parecía una niña feliz jugando con su muñeca nueva. Nos dimos cuenta de que el sol se había puesto cuando salimos de la tienda y como una autómata programada para activarse al anochecer me desperté y me puse en guardia, con los sentidos bien alertas.
Algo nos estaba observando en la oscuridad, podía sentirlo.
Mary se puso nerviosa, habíamos dejado el coche en el parking de Meats calle arriba, había como cuatro casas separándonos del coche y no estaba segura si podía llegar al coche tranquilamente sin alterar a Mary.
-¿Liset?- preguntó Mary tragando saliva y sudando como un pollo asado.
-¿Si?-
-¡Corre!-
-¿Qué…-
-¡Corre!-
Mary me cogió del brazo y salió corriendo conmigo a rastras, podía correr más rápido que Mary pero aun así no la alcancé, estaba vigilando la retaguardia.
Casi habíamos llegado, Mary estaba intentado nerviosamente introducir las llaves en el coche pero no lo conseguía, tomé las llaves y rápidamente abrí el coche empujando a Mary en al asiento del piloto.
Volvia hacía la puerta del copiloto cuando una niña me agarró por la cintura gritando.
-¡Ayudadme!,¡por favor ayudadme! ¡Me están persiguiendo! ¡quieren matarme!-
No me lo pensé dos veces abrí la puerta trasera y empujé a la niña dentro, entré rápidamente tras ella y Mary arrancó velozmente. Íbamos increíblemente rápido, demasiado para la velocidad estipulada para los coches en los pueblos, pero estábamos corriendo por nuestras vidas, casi nos estrellamos contra la verja de la casa, miramos a ambos lados de la calle.
-¿Ves a alguien?- Pregunté
-No vía libre a la de tres 1, 2, ¡3!-
Salimos del coche y corrimos hacía la casa sin cerrar las puertas del coche, de todas formas ¿Quién iba a robarlo?
Break estaba en la entrada sosteniendo la puerta abierta.
La niña parecía no poder más, estaba apunto de caer al suelo.
-¡Vamos entra!- Break la agarró y la arrastró a la casa.
viernes, 2 de octubre de 2009
Capítulo 10
El cuarto de Vincent era mucho más grande que el mío, con un equipo de música y un enorme piano de cola.
-¿La pieza de Liszt la tocaste tú? la otra mañana quiero decir- Pregunté fascinada, Vincent asintió levemente, y le señaló que se sentara.
-Ambos tenemos mucho que contar, no solo yo, porque me vas a tener que explicar que es lo que estás haciendo aquí, la verdad, no ese estúpido cuento de estudiante y limpiadora- Dijo autoritario pero sin rudeza.
-ya te lo dije, soy una cazadora de la orden Black Lily y he venido… bueno, he venido a encargarme de los vampiros que se han asentado aquí como si el pueblo fuera su reino de placer.- Concluí satisfecha.
Él me miraba directamente y me encogí sonrojándome. Continué explicándole.
- Estoy bien entrenada, me viene de familia, mi abuelo… mi abuelo también era un cazador de la orden. - Iba a decir que mi abuelo era el fundador y director de la orden y academia pero, si decía la verdad con respecto a que su padre era un cambia formas, debería estar enterado de que el director era un vampiro y claro me aria preguntas que aún no podía responderle.
-¿Que no me preocupe?- Saltó en el segundo que duraron mis pensamientos.
-¿Saben Mary y Break que eres un licántropo?- lo interrumpí, no quería otra de a pobre Liset, tan pequeña, bla, bla, bla.
Vincent me miró enfadado.
-¿Cuántas veces tengo que decir que no soy un licántropo, para que te entre en tu cabecita?- Dijo enfatizándolo dándome un pequeño golpe en la cabeza.
Me encogí todavía más.
-Está bien, no lo eres, entonces, ¿que eres exactamente? ¿A qué te refieres con semi?
Él seguía mirándola ceñudo, esperando por una respuesta convincente.
-Bien- Suspiró.
-Mi padre era un cambia formas y mi madre una mujer lobo, licántropo o como quieras llamarla. - Terminó diciendo.
-¿Ya está?- Pregunté, obviamente esperando algo más extenso.
El se encogió de hombro restándole importancia.
-Normalmente puedo transformarme en perro normal, solo que cuando hay luna llena, no puedo controlar la transformación y me transformo en esa especie de hombre perro que viste anoche, no pierdo el control, a mi no me posee ningún demonio como a los hombres lobo, si es a lo que te preocupa, aunque si me vuelvo un tanto irritable. -
Me quité la única cadena que llevaba en torno al cuello y le enseñé el colgante.
Un lirio negro tallado en ónice negro con pequeños diamantes negros en el centro.
-Mi insignia, si te acercas y la miras detenidamente te darás cuenta que en los pétalos está tallado mi nombre y el nombre de la organización.- me acerqué a el.
-¿Ves.?-
Él asintió y, para mi sorpresa, sacó el suyo propio de un cajón de su cómoda.
-¿Tú también eres un cazador?- solté asombrada, alzando demasiado la voz.
-¡Sshhh!- me calló tapándome la boca.
-No, no lo soy, es de mi padre, por eso no lo llevo encima.-
Lo miré con los ojos abiertos de par en par.
-¿Tú padre? Y porqué lo tienes tú… - Me callé de repente, sólo podía significar una cosa. El asintió a mi silencio confirmando mis pensamientos.
-Murió, lo enviaron aquí a investigar que ocurría aquí, y bueno, no volvió a casa. -
Me tapé la boca horrorizada.
- Y tú… Estás aquí para buscarlo. - Dije
-No. Él está muerto, encontraron su cuerpo y me enviaron su insignia. He venido a buscar a los cabrones que lo mataron y a despedazarlos.-
Al momento salte y lo agarré de los hombros.
-¡No puedes hacer eso! ¡No tienes preparación! ¿Y si te pasa algo? -
-¿Y?.- Me cortó.
-No te ofendas Liset, pero ¿Qué diferencia hay entre una niña de 16 años preparada para pelear y un cambia forma medio licántropo? Soy más fuerte, más rápido y temible que tú. Y además, no debería importarte lo que me pase, nos conocemos de qué ¿dos días? -
No me ofendió su comentario, solo me dolió como una fuerte patada contra mi pecho.
-¡Me importas!- Le grité con lágrimas en los ojos.
-¡Tú, estúpido idota! ¡Me importas! Y también Mary ¡incluso Break!-
Paré a respirar, ya que me estaba quedando si aire.
De pronto, me vi rodeada por unos fuertes brazos y un ancho y musculoso pecho. Vincent me
estaba abrazando fuertemente, demasiado fuerte…
-…ncent… respirar…- conseguí decir, casi sin aliento.
-¡oh, perdón! Lo siento, no sabía que nos apreciabas tanto.-
Me puse colorada como un tomate.
-Break y Mary… ¿Saben…- Dije muy bajito, casi susurrando, abrigada en su abrazo.
-¿Lo mío? No. Lo de los vampiros, si.-
No me asombró, su comportamiento era muy sospechoso. Él continuó.
-¿Cómo no saberlo? todos lo saben, o al menos, lo intuyen. Aunque realmente no quieren averiguar si sus sospechas son ciertas, ni siquiera quieren pensar mucho en ello, temen las consecuencias-
-¿Consecuencias?- Repetí.
-Sí, ya sabes- Hizo un gesto con la mano como de colmillos mordiendo.
Estaba asombrada, ¿todos lo sabían? y no hacían nada al respecto? bueno, alguien seguro habría llamado a la orden, después de todo el padre de Vincent vino a encargarse de ellos al igual que yo. O tal vez, algún cazador lo descubriera pasando alguna vez por aquí sin más. ¿Por qué no me habían informado sobre Vincent? Siempre eran muy meticulosos con los encargos e informaban todo tipo de detalles, por ejemplo, sabía que había unos 100 habitantes y unos 20 vampiros en la superficie controlando todo y unos 70 en las alcantarillas, que subían por las noches a divertirse con algún humano asustado.
Me costó salir de los cálidos y fuertes bazos de Vincent pero aun así lo hice.
Acordamos no decir nada el uno del otro a los demás, y a partir de ahora podría contar con la ayuda de Vincent especialmente, las noches de luna llena.
Me sentía aliviada, compartía mi secreto con el chico que me gustaba, aunque este solo me viera como una hermana pequeña. Estaba... ¡flotando! Ya ni me acordaba de haber discutido con Mary y Break y cuando salí por la puerta, un brillante y caluroso sol me golpeo de lleno mareándome. Entré de nuevo, y en la sombra de la casa me empecé a sentir mejor. ¿Qué diablos me pasaba? Nunca me había mareado. Aunque no pareciera ser un “vampiro completo” aun así, no había enfermado ni una sola vez desde pequeña, al contrario que el resto de los niños vampiros que sufren debilidad hasta que en la madurez comienzan a fortalecerse poco a poco, pocos llegaban a la edad suficiente como para madurar y morían antes de los 14 años. Yo definitivamente era distinta.
Levanté poco a poco la cabeza y allí estaba Break con una expresión nada amistosa.
domingo, 27 de septiembre de 2009
Capítulo 9
Esta vez me dirigí directamente al barrio “comercial” y comencé a buscar cualquier indicio de basura vampira. No tardé mucho en encontrarla, más bien, ellos me encontraron a mí.
-¡Hey, bocadito! Vas muy ligerita de ropa, ¿no crees?-
Ante su comentario me miré, para darme cuenta de que con las prisas, había salido en pijama, acalorada por la rabia, no me había dado cuenta de que hacía tanto frío.
Otro asqueroso desperdicio de vampiro se acercó.
-¿Te has perdido niñita? Puedo ayudarte a encontrar tu casa -
Rodé mis ojos ante sus comentarios estúpidos.
-¡Hey estúpido! ¡Es mía, yo la vi primero!-
Se quejó el otro.
-¡No, yo la vi primero! ¡Tú solo te acercaste antes! Por lo tanto ¡es mía! -
Bostecé increíblemente aburrida y cansada. Saqué mi Zig y de un rápido doble tiro les volé la cabeza.
Era lo bueno de los vampiros convertidos, que eran increíblemente fáciles de matar, al contrario de los sangre pura que solo se les mataba con la luz del sol y claro a ver quien era el guapo de pelearse con esos.
Volví a la casa, pasado ya el cabreo y vestida con los cortos pantalones del pijama, aunque fuera verano, seguía haciendo frío de noche.
Increíblemente, nadie se había levantado, con todo el jaleo que habíamos montado antes en el jardín Vincent y yo.
¿Sabrían Mary y Break que Vincent era un hombre lobo? Probablemente no, de todas formas decidí no decir nada hasta hablar apropiadamente con Vincent.
La hermosa mujer del espejo me miraba sonriente, hacía ya un par de semanas que la ya nítida imagen de la mujer, se movía a su antojo y no imitando mis movimientos como al principio, era extraño, sabía que esa mujer no era yo, pero aún así, sentía como que de alguna forma era ella.
-¿Quién eres?- Volví a preguntar como las anteriores noches.
Llevaba soñando con esa mujer desde que tenía uso de razón, no siempre soñaba con ella, claro, pero siempre acababa soñando con ella. Empezó siendo solo una figura borrosa en el espejo y con los años fue adquiriendo la claridad con la que ahora la veía.
Ella nunca me respondía, solo se limitaba a sonreír y a mirarme con dulzura.
De alguna forma… ¿Podría ser mi difunta madre velándome?
-Pronto. - La mujer susurró.
Desperté de un salto con el corazón latiéndome a 1000 por hora.
La mujer… ella había hablado. “pronto” había dicho.
-¿Pronto qué?- Le pregunté en voz alta a mi habitación, sin obtener respuesta.
“Tonta, ¿quien quieres que te responda? ¿Las cortinas?”
Puse los ojos en blanco ante mi propio comentario estúpido.
Ya era por la mañana así que bajé al salón y no encontré a nadie en él, en la cocina... tampoco.
Que extraño, ya deberían estar despiertos, miré el calendario, “sábado“ hoy no despertarían hasta tarde. Con un encogimiento de hombros me preparé el desayuno. Alguien había traído huevos, zumo y cereales, no era gran cosa, considerando el hambre voraz que tenía, pero algo haría con eso.
¿Una tortilla a la francesa quizás? No. No me apetecía el desayuno continental ¡JE! con una sonrisa tonta me eché cereales en un cuenco, y zumo en una taza, no había rastro de periódico, perfecto, ¿toque de queda y ahora esto? ¿Tampoco tenían derecho a tener periódico en este pueblo?
“ ¡Malditos vampiros egocéntricos!”
Al cabo de un rato Mary asomó la nariz por la cocina.
-Chica madrugadora, ¿eh?- le dije.
-Hum- asintió.
-¿Vincent ha vuelto a salir de compras nocturnas? ya podría haber comprado un poco de leche bien ¿como as dormido?- Aunque medio dormida, Mary seguía hablando rápidamente.
-Bien- dije, obviamente mintiendo.
-No parece que eso sea cierto ¡tienes unas ojeras enormes! pero tranquila nada que un poco de maquillaje no pueda arreglar-
Se desperezó y se hecho cereales en un tazón, no hablamos mucho, los ojos de Mary se habrían y cerraban como si estuviera apunto de quedarse dormida.
-Si estas cansada ¿porqué no te vuelves a dormir?- pregunté.
-¿Mm? tengo que ir a trabajar realmente me exprimen en ese trabajo metafóricamente claro no es que me expriman con un exprimidor gigante o algo por el estilo ja ja ja-
Se rió nerviosa.
Este era el momento, tenía que preguntar por el pueblo y si sabían lo que ocurría.
-¿Pasa algo en el pueblo? quiero decir, toques de queda, sin periódico, casi nadie en las calles, todos nerviosos porque no salga de noche…-
A Mary se le descompuso la cara, obviamente no se lo veía venir.
-No pasa nada tenemos toque de queda por pura protección para los niños pasan muchas cosas hoy en día si que hay periódico pero no lo pedimos para lo que dice... ejem bueno y es normal estar preocupado por ti ya sabes eres solo una niña…-
“¡No, otra vez!”
Ya estaba harta de que me dijeran que era una niña, una cría que no podía cuidarse sola.
-¡NO SOY UNA NIÑA!- grité. Colorada por la ira me fui hacia la puerta, en ese momento entró Break.
-¿Que pasa? ¿Por qué tanto escándalo tan temprano?-
Lo bordeé y estaba apunto de salir por la puerta cuando una mano me agarró el brazo.
-Hey enana ¿donde vas? ya podrías al menos darme la bienvenida, un hola no te matará-
La furia iba aumentando.
-NO ME LLAMES ENANA, DONDE VALLA NO ES DE TU INCUNVENCIA Y NINGUNO DE USTEDES ME DIÓ LA BIENVENIDA AMÍ CUANDO LLEGUÉ ¿PORQUÉ DEVERIA SALUDARTE?- Según mi ira iba aumentando, me empezaron a arder los ojos, “literalmente” ¡Me ardían! Se me escapó un pequeño grito y me tapé rápidamente los ojos con las manos.
Respiraba trabajosamente, me había quedado sin aire de tanto chillar, no estaba acostumbrada a subir tanto la voz y esa horrible quemazón me estaba matando.
-Break suéltala, es de día puede ir a donde quiera-
La voz atractiva de Vincent me distrajo del dolor, tan, ¡tan hombre lobo! cierto, tenía que hablar con él.
Me aparté las manos de la cara y lo miré significativamente, pero el no me miraba a mí, miraba a Break que seguía sujetando mi brazo, ahora con más fuerza, noté.
Miré a Break, tenía las pupilas totalmente dilatadas, con una expresión aterrorizada.
¿Qué le pasaba?.
-¿Break?- Volvió a decir Vincent ahora poniendo un tono más autoritario.
Lentamente éste me soltó y dando grandes zancadas subió las escaleras.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Capitulo 8
Había visto hombres lobo antes, en una de esas excursiones que hacían en la academia a la orden, pero estos estaban o bien muertos o bien sedados, pero este estaba bien vivo y con sus enormes fauces llena de afilados dientes apuntado hacia mi, podría saltame encima en cualquier momento.
Era ahora o nunca. Saqué una cuerda de fibra de plata de la mochila y se la lancé, el lobo cayó al suelo con las cuatro patas liadas en la cuerda que le estaba quemando, Me tiré encima de él apuntándole con el rifle en la cara, gritando con rabia.
-¿Dónde esta Vincent?, ¡responde!, ¿que has hecho con el chico? ¡Dilo antes de que te vuele la cabeza!-
Las lágrimas recorrían mi rostro, la furia, mezclada con el dolor por la posible perdida de Vincent me hacía llorar.
Me habían enseñado a estar tranquila durante la caza, sabía como acorralar, capturar y matar a todo tipo de monstruos y este hombre lobo no era la excepción, aun así seguía teniendo miedo, no podía evitarlo, no solo era la furia, Vincent podría estar...
El lobo forcejeaba intentado liberarse sin éxito.
-Liset... soy... yo... Vin...cent…- Dijo con una voz gutural entre jadeos.
Abrí descomunalmente los ojos llorosos ¿había oído bien? ¿Este hombre lobo había dicho que era Vincent?
“¡Miente! ¡Solo intenta engañarte Liset!” me dije a mi misma.
-Soy... yo... por... favor... no voy… hacerte... Daño-
La cuerda realmente le estaba estrangulando, la plata hacía a los hombres lobo aullar de puro dolor y sufrimiento.
“¡No, no! ¡No puede ser él! Y aunque lo fuera…”
Me negué siquiera pensarlo, si decía la verdad, si realmente él era Vincent, ¡tendría que matarlo! Por muy guapo e increible que fuera Vincent, seguía siendo un licántropo, y los licántropos no atendían a razones, cuando la luna salía ellos perdían su humanidad y solo eran feroces y voraces bestias.
-¡Liset!- Aulló dolorido.
-Por… favor… Déjame… ¡Déjame explicarte!
Lentamente fui descendiendo hacia sus patas, normalmente esto estaría descartado, pero algo en la penetrante azulada mirada del lobo le inspiraba una extraña confianza.
“Si, es Vincent”
Desaté la cuerda, pero no dejé de apuntar al lobo con el rifle, por si acaso.
El licántropo se levantó con un quejido, las patas realmente doloridas le sangraban.
-Liset, yo…-
El lobo no podía mirarla a los ojos, con la cabeza gacha y aguantándose las patas delanteras, empezó a irse.
-¡Espera!-
Le alcancé, le miré con furia, obviamente buscando respuestas.
-No sé que estarás pensando que soy, pero… -
-Pero eres un licántropo, un hombre lobo si gustas- Terminé por él al ver que a él le costaba.
Sin entender muy bien porqué, el me miró horrorizado. Tal vez por ser descubierto por mí, tal vez por el tono ácido de mis palabras.
No podía evitarlo, no podía dejar un hombre lobo suelto por el pueblo, aunque ahora parecía algo razonable, pronto el demonio del lobo lo poseería por completo.
-¡No me mires así! ¡No soy un hombre lobo!- Espetó con furia.
Rápidamente alcé el rifle hacia su frente, recordándole que tenía un arma apuntándole.
-Lo que veo y lo que dices, se contradicen y ahora será mejor que seas bueno y te comportes mientras aun puedas y me dejes encerrarte en algún sitio hasta que la luna se oculte. - Dije tranquilamente, recomponiéndome ya del antiguo shock.
-¡Tú no lo entiendes! - Seguía rugiendo. Dándose cuenta de que no estaba controlando
Muy bien su temperamento, comenzó de nuevo, con más serenidad.
-No lo entiendes, no soy un hombre lobo, no voy a volverme loco, aullar a la luna y matar gente. Soy un cambia forma, y no soy un lobo, ¡soy un perro!
La mención de ese nombre “cambia formas” me trajo recuerdos de mi época en la academia. Los cambia formas eran humanos capaces de adoptar la forma de un animal según se les antoje… Sí, ahora que lo observaba mejor, parecía más un husky que un lobo, pero aun así… aun así seguía teniendo características de licántropo. Después de todo estaba erguido a dos patas y seguía conservando su altura humana. Los cambia formas adquirían forma animal no semi humana, semi animal, como los licántropos.
-Sé la diferencia entre licántropo y cambia forma y tú no me pareces al segundo.-
Dije impacientándome.
-Lo sé, pero, todo tiene su explicación, soy medio licántropo.-
Me quedé asombrada, con la boca completamente abierta.
-¿Te crees me caí de un guindo? ¡No nací ayer! Nadie es medio licántropo, lo eres o no lo eres, si te muerde un demonio lobo PUFF te conviertes en hombre lobo, si alguno de tus padres es un cambia formas, pues bien, puedes nacer como ellos o no, pero no se puede convertir un cambia formas en licántropo, ¡Es absurdo que lo intentes! ¡¡El veneno de demonio lobo solo le afecta a los humanos!!-
Me miró incrédulo, alzando una ceja despectivamente.
-Estás muy puesta en el tema, señorita, limpiadora.-
Me pilló desprevenida, no podía decirle de mi extraña condición “se supone que debo ser un vampiro, pero por alguna extraña razón, no lo soy.”
Así que, le dije, lo que realmente era cierto, pero omitiendo ciertas irregularidades físico-pubertales.
-Soy una cazadora de la orden Black Lyly. Y estoy aquí para hacerme cargo de un par de asuntos que parecen estar molestando a este pueblo.-
Seguía ceñudo, esa estupra ceja seguía alzada poniéndome los nervios de punta.
-¿Qué? ¿No te lo crees? ¡Holaaaa! ¡Te estoy apuntando con un rifle! Y antes te perseguí sin pensarlo y te tumbé, ¡bien amarradito! Dime, ¿una estudiante normal podría hacer eso?-
Al fin, su ceja descendió y una expresión resignada la sustituyó.
-Está bien, te creo, es solo que…-
-¿Qué? - Demandé enojada, sabía lo que venia ahora, un
“eres demasiado pequeña para ser cazadora” bla, bla, bla, PUNCH, ¡muerto!
-No te enojes, es solo que me asombró que supieras lo de los vampiros. No sabía que gente de fuera estuviera al tanto.-
Me dejó K.O, ¿El sabía de los vampiros?
“¡Pues claro tonta! ¡No ves que es un… ¡entupido perro grande!”
Me di la vuelta y me fui, no quería seguir hablando del tema y aunque pudiera estar metiéndome y ser un completo licántropo…
“ ¡Mierda! ¡Al cuerno con todo, que haga lo que se le antoje! Total por un monstruo más…”
-¡Espera! ¡Liset!-
Lo dejé gritando mi nombre y llamándome y me dirigí rápidamente a la ciudad, dispuesta a arrancar unas cuantas cabezas.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Capitulo 7
Por fin estaba sola conmigo misma, era tan relajante, hacía meses que no conseguía relajarme con agua caliente ¡y menos en una bañera!
Allí en la academia solo había duchas, duchas que tenia que compartir con varias chicas, sin puertas ni mamparas, todas juntas, era horrible.
Pero ahora estaba disfrutando, Esto no tenía por qué ser tan malo.
Mary estaba resultando ser como una especie de madre-amiga, los chicos aunque no eran muy simpáticos eran guapos, Vincent realmente era muy guapo, tan... atractivo, me había regañado, odiaba que me regañasen, pero proviniendo de un chico tan terriblemente sexy... y Break, ese chico me había “salvado” aunque parecía que desconfiaba de mi, realmente se había puestoo en peligro para “salvarme” aunque yo no necesitara que me salvara.
Sí, podría con esto y ahora tenía tiempo de montar mejor mi coartada, y de buscar soluciones para mis salidas nocturnas.
Cuando terminé de ponerme mi pequeño y cómodo pijama azul marino, bajé al salón.
Pedimos pizzas para cenar, ya que nadie tenía ganas de cocinar y más tarde, un chico de unos 22 años con una fuerte crisis de acné se fue pitando nada más recibir el dinero. No hablamos de nada, cada uno cogió su pizza y se la comió tranquilamente.
Break jugaba video juegos con Mary, Vincent leía un libro, y yo... Yo me quedé embobada con Vincent.
Era increíble, no solo era increíblemente guapo, sino que también era culto, espera…
¿Me estaba volviendo como esas tontas chicas enamoradizas que tanto odiaba?
“Puaaajjj, ¡No!”
Sacudí la cabeza y me levanté, tiré la caja de pizza bacía y me fui hacia las escaleras.
-Hasta mañana- Dije en voz alta.
Los chicos asintieron y Mary se levantó con su gran sonrisa y vino hacia mi.
-Voy contigo, Break me estaba dando una paliza de todas maneras-
Con un encogimiento de hombros la agarró del brazo, como si fueran mejores amigas de toda la vida.
-Eres muy mala no me eches la culpa, por cierto ¡Si vais a hacer una fiesta de pijamas me apunto!-
Soltó alzando las cejas repetidamente mientras mostraba una sonrisa pícara.
Mary lo miró enojada, pero Vincent se le adelantó.
-Break, haz el favor de no molestar a las chicas y será mejor que también te vallas acostando-
-Si, si, ¡A la orden mi capitán!-
Break lo dijo estirándose mucho y poniendo una mano en la frente al estilo soldado. Mary miraba a Vincent con su amplia sonrisa…
¡Hey! esa sonrisa no era la de siempre, era más... Más cálida, más dulce, como su madrastra le sonreía a su padre.
“¡Santa Mierda! ¡Está enamorada de Vincent!”
Yo no lo estaba… aún así ¡No iba a perder contra esa barbie! Aunque se estuvieran haciendo amigas.
Mary siguió adelante pasando de largo su habitación, ¿Pensaba arroparme? ¿O realmente pensaba hacer una fiesta de pijamas?
-Necesito hablar contigo- Dijo al fin.
“Oh, oh. “
-Verás…- parecía que no sabía como empezar.
“Raro, esto no pinta bien”
-No te enfades con los chicos Break es un pesado pero es majo a veces y Vincent solo es extremadamente protector es un cielo ya lo verás dales tiempo ¿Vale?-
Parpadeé sorprendida ¿No iba a pedirme explicaciones? o esta chica realmente era tonta o pretendía serlo muy bien.
-Sí, gracias, no te preocupes, no estoy enfadada ni nada por el estilo-
Extraño, Mary había sonado muy maternal durante toda la noche.
¿Donde estaba la odiosa chica que hablaba sin parar, preguntando muchas cosas y no dejándome responder? Ahora no parecía tan boba.
-Oh bien realmente me alegro de que hayas venido me recuerdas a la hermanita pequeña que nunca tuve si quieres podemos pintarnos las uñas-
¿Había dicho yo que ya no parecía tan boba?
“¡Pues lo retiro!” Ya volvía a sonar tan imbécil como al principio.
Al fin conseguí que me dejara sola en mi habitación, volvía a estar cansada, pero esta vez no dormiría tanto, no quería acostumbrarme a vaguear. Puse la alarma a las 7:00 a.m. y me tumbé.
Desperté confundida, el reloj mancaba las 3:30 a.m. ¿solo 2 horas? ¿Que me había despertado?
Normalmente me despertaba alterada por ese raro sueño del espejo y la mujer. Pero estaba profundamente dormida, sin soñar nada.
Mis sentidos de cazadora estaban alerta, no me extrañaba, con un pueblo lleno de vampiros chiflados me iba a resultar difícil tranquilizarme.
“No, espera... Anoche dormí profundamente, no solo porque estaba realmente cansada.“
Me sentía segura y antes también mientras cenaba, pero... ¿Porqué de repente estaba tan en guardia? me asomé a la ventana, todo parecía tranquilo. Una hermosa luna llena brillaba en un cielo estrellado ahora despejado de nubes.
Se escuchó un fuerte golpe proveniente del piso inferior, agarré rápidamente la mochila y bajé silenciosamente.
Aunque hubiera un vampiro en el salón atacando a alguien, no conseguiría nada si hacía ruido bajando las escaleras, tenía que pillarlo por sorpresa.
Miré casi escondida y ahogué un grito.
Lo que ví, me chocó al principio. Un enorme lobo a dos patas ¡No! Un hombre lobo ¡Un lycántropo!
En sus fauces llevaba desgarrada, la camisa negra que horas antes le había visto puesta a Vincent.
Un escalofrío me recorrió por la espalda. El hombre lobo lo notó, me preparé para luchar, pero el lobo salió despedido por la ventana y corría ya afuera alejándose, lo seguí a través de la ventana. No podía creérmelo, no quería creérmelo, ese lycántropo había... Vincent, ¡Tenía que estar bien!
“¡Joder!”
No había visto sangre, no me fijé mucho pero si le hubiera hecho algo el lobo tendría sangre en las fauces.
Corría tras él, él era más rápido, por supuesto, pero yo estaba entrenada para eso.
Sí, tenía suerte, en su mochila había una cuerda larga y fuerte, apreté y conseguí darle un poco de más alcance.
De repente, el lycántropo se detuvo.
martes, 15 de septiembre de 2009
Capítulo 6
sábado, 12 de septiembre de 2009
Capítulo 5
martes, 8 de septiembre de 2009
Capítulo 4
Capítulo 3
La casa de estudiantes era grande, ¡enorme!, con un estilo muy parecido a la mansión Adams pero más alegre, si con ello quieres referirte a nada de ataúdes, lápidas y demás parafernalia. La casa estaba bastante vieja, llevaría sin reformarse desde hace siglos, era larga, de dos plantas, con un porche amplio con columnas y una gran puerta delantera, llamé a la puerta pero nadie respondía, lo volví a intentar pero nada, por pura curiosidad giré el pomo y la puerta se abrió. ¿No cierran las puertas? “¡mmm barra libre para los vampis!”
En la mesa de la entrada había una nota escrita con una caligrafía horrorosa y llena de faltas y al lado un juego de llaves.
Cierra cuando entres, esas de ai son tus llabes, La nevera esta bacia si quieres algo ve a comprarlo, no agas ruido Vincent duerme."¡Perfecto!, ni un bienvenida ni nada por el estilo, parece que aquí no seré tampoco bien recibida" El interior de la casa no era demasiado espeluznante, al menos, casi todo era de madera, simple y llanamente. Trozos del empapelado gris caían por las paredes de las habitaciones, ya había visto muchas veces eso. Olía a moho y a viejo, a la derecha había una gran sala, con sillones de cuero negro bastante grandes, una gran chimenea rústica y muchas estanterías cubriendo las paredes, parecía una casa de verdad. Si me quedaba, sería un gran avance comparado con la academia de cazadores. La casa parecía muy tranquila, comencé a dar un paso tras otro y me quedé justo detrás del respaldo del sofá. Un chico estaba tirado en el sofá roncando con la boca bien abierta. “Si duerme así no me estañaría que en su menú estuvieran incluidas algunas moscas” Pensé.
De pronto el chico pegó un brinco y del impacto yo pegué otro. -¡No me he quedado dormido!- dijo -No, claro que no, solo descansabas los ojos un rato mientras roncabas escandalosamente- dije. “Ups, ¿eso lo había dicho en voz alta? ¡mierda!”
No había apenas descansado y se me escapaban las palabras, siempre lo hacía cuando no descansaba bien y me sentía tan cansada. -He... hola, ¿eres la chica nueva?- dijo. “Qué va, soy el repartidor de pizzas, ¿no lo ves?”
El chico se me quedó mirando con cara de bobo, era alto, rubio y con el pelo puntiagudo como un puercoespín, bestia a lo punk y tenía piercings por todas partes. -Soy Liset Brigantti, estoy cansada ¿podrías decirme cual es mi habitación?- Acabé diciendo, ya que el retrasado este parecía estar en Babia. Miró por encima de mí, probablemente al enorme reloj que tenia detrás, su cara se descompuso. -¡Mierda, ya voy tarde al curro! arriba, la última a la derecha- dijo al fin y se fue corriendo dando un fuerte portazo. “Graaaciaaas, ¡que amable de tu parte, hasta me as acompañado a mi habitaciooón!” Pensé con escepticismo.
Ese debió ser Vincent, tal vez. Subí las escaleras hacia el piso superior, conté 4 puertas a la derecha de las escaleras y 2 a la izquierda, la primera a la derecha era un gran baño, con una bañera antigua con patas de un plateado desgastado al igual que los grifos, un bater a la derecha y un pequeño lavabo a la izquierda con un espejo sin marco agrietado y sucio. “¿Es que aquí no limpian? ¡menudos cerdos!”
Eso iba a cambiar, por supuesto, al menos las habitaciones que yo usara. Seguí adelante por el pasillo, las otras dos puertas estaban cerradas. Y por fin, la última, no esperaba gran cosa pero cuando abrí la puerta ahogué un grito. ¡Era enorme! comparada con mi habitación en la academia cualquier habitación era grande, pero esta era enorme, tan grande como mi antigua habitación en la gran mansión de mis padres.
Tenía en frente dos grandes ventanales cubiertos con cortinas rojo oscuro, que llegaban hasta el suelo, la cama a la izquierda, era una gran cama de matrimonio con barras de hierro negro en las esquinas y un gran dosel colgado del mismo color de las cortinas, a los pies de la cama una banqueta de terciopelo rojo y a los lados de la cama un par de mesitas de noche de hierro negro con lámparas estilo tiffanys. Un gran armario de 5 puertas ocupaba casi toda la pared de en frente de la cama. “Wow”
Hacía mucho frío, tendría que pillar una estufa en alguna tienda, tal vez compraría una alfombra grande y roja, me gustaba andar descalza, pero con el suelo de madera, helado y cubierto de polvo no era buena idea.
Dejé el par de maletas encima de la cama y comencé a colocar la ropa en el armario. No tenía mucha, allí en la academia no había un uniforme específico pero si pedían ropa simple. Un par de jeans, uno estrecho y desgastado y otro ancho con varios bolsillos, un pantalón de cuero negro con cremalleras a los lados, mi favorito para salir de caza, una falda de tablas a cuadros escoceses negra y roja, y un sencillo vestido de tirantes azul medianoche. De camisetas andaba igual de escasa, una camisa blanca, una simple camiseta de mangas largas negra sin ningún dibujo y otra de tirantes roja, y mi hermosa chaqueta de cuero negro, me encantaba, y muchos accesorios. Me gustaba más comprar accesorios que ropa. Collares, pulseras, pendientes, anillos, cinturones, cadenas, etc. Tenía un estilo entre punk, gótica y rock... sin definir ninguno de los tres estilos, me gustaba el negro y el rojo, y los accesorios con calaveras y pinchos. No era muy alta mas bien normalilla 1.60m, castaña, con ojos de un gris muy extraño, nunca había conseguido definir el color de mis ojos ¿eran azules, verdes o grises?, lo cierto es, que al final opté por pensar que eran grises, era pálida, pero no del tipo blanco cadáver, solo pálida, me gustaba llevar el pelo corto pero me era mas cómodo llevarlo en coleta, así que ahora lo llevaba a media melena siempre recogido en una cola alta o dos bajas. Siempre había sido flacucha, plana y sin curvas, pero un día de la noche a la mañana ¡hay estaban! ya no era plana y flacucha, pero tampoco era una modelo del Vogue, los duros entrenamientos me habían ayudado a definir los músculos y la verdad es, que tenía unos gemelos de futbolista y unos bíceps horribles, los camuflaba con botas hasta las rodillas y camisetas de mangas largas y anchas. En la otra maleta guardaba mi pequeño arsenal anti monstruos; Una escopeta, mi pequeña Sig-Sauer P226, cadenas, balas de todo tipo, dagas, etc.
lunes, 7 de septiembre de 2009
Capítulo 2
Capítulo 1
http://desiredarkness.foroactivo.net/
el de Alishea
http://alisheadreams.foroactivo.net/
y el de BétiKa
http://fantasylyrics.foroes.net/
1
Hacía una dulce y veraniega noche como cualquier otra, aquí en Venecia, sino fuera porque estaba a punto de separarme de la única persona que había amado nunca en mi larga vida, podría incluso disfrutarla. Aunque el dolor de la separación me estaba desgarrando por dentro, mi expresión se mantenía inescrutable, después de todo era mi trabajo, ser una marioneta, una sombra, sin vida, ni sentimientos.
Solo la reina me había tratado con el suficiente cariño con el que se podría tratar a un gato herido, demostrándole afecto, pero dejándole su espacio, me había salvado de las garras de la peste negra y me había dado vida eterna, una vida que gustosamente le había dedicado por entero a ella y solo a ella y ahora, ella me iba a abandonar, como tantos otros hicieron en mi pasada vida humana.
Un par de metros más y me separaría de ella.
-Hemos llegado su majestad-
dije con mi más perfecta voz neutral y sin sentimientos, aún así la reina me dedicó una de sus adorables y cariñosas sonrisas.
-No estés triste Syrena, solo serán un par de décadas separadas.-
Aún sabiendo que ella podía leer todas mis emociones con total claridad, yo seguía sin dejarlas salir y nunca lo haría.
Salió de la barca con el porte y la elegancia que solo se le podría atribuir a una reina egipcia, una Diosa.
-Una cosa más mi pequeña Syrena.-
Dijo acercándoseme y besando mi frente.
De golpe mis sentidos se fueron nublando todos a la vez y antes de sumirme en la intensa oscuridad le escuché susurrar.
-Debes olvidarme para que todo sea más fácil para ambas.
* * *
-Doctor, ¿no hay nada que pueda hacer para quedarme embarazada?- Estaba desesperada, llevaba intentando quedarme embarazada casi un siglo, sin lograrlo.
-Lo siento mucho señora Brigantti, usted es infértil, lo único que puede hacer es adoptar.-
Con las esperanzas rotas por completo salí de la consulta del Doctor Cruciani, el mejor ginecólogo de toda Venecia.
-Disculpe, yo también bajo, ¿Primera planta?-
Asentí sin mirar a la elegante voz femenina que me hablaba, no tenía ganas de ver el rostro feliz de alguna futura madre.
-Enhorabuena, será una niña preciosa.-
Al fin levanté la cabeza, aunque deseaba tener hijos no podía mentirle a nadie.
-Lo siento pero yo no...-
Estaba ante la mujer más hermosa que había visto nunca, alta, delgada pero esbelta, pelo largo hasta la cintura muy liso y tan negro y brillante como las plumas de un cuervo, tenía un aura digna de una reina, ¿sería de la nobleza? Sus ojos plateados y penetrantes me capturaron, dejándome sin habla.
-Claro que lo está.-
Tocó mi vientre y con una sonrisa que pararía guerras salió del ascensor.
Cuando por fin salió del edificio, pude despertar de mi ensoñación, me toqué el vientre y sentí un pequeño calor, asombrada salí como una bala en dirección a las escaleras, no podía esperar al ascensor.
Llegué a la planta del Doctor Cruciani en un suspiro e irrumpí en su consulta sin importarme que estuviera atendiendo a otra paciente.
-Doctor, revíseme otra vez, creo que estoy embarazada.
Epílogo
Todos conocían la enorme atracción que Hades sentía por la Diosa de la belleza y no era para menos, y también los rechazos de ésta hacia el Dios del inframundo, cansado ya de sus rechazos, Hades violó a Afrodita dejándola embarazada.La Diosa, asqueada intentó asesinar al bebé aún incluso estando en su vientre, al ser hijo de Dioses, el bebé era inmortal y los intentos de Afrodita siempre fueron inútiles y sólo la conseguían dejar cansada.
Al fin el bebé nació, y una diabólica pero deslumbrante Afrodita sonreía con suficiencia al bulto que llevaba en sus brazos, el bebé para satisfacción de Afrodita había nacido muerto y ésta muy feliz lo tiró a la Laguna Estigia, camino del inframundo.
Hades al encontrar a su bebé sin vida, comenzó a derramar lágrimas de fuego fatuo, y al cabo de un rato el bebé comenzó a llorar también, la alegría de Hades al ver a su bebé vivo, fue tan grande que la noticia no tardó en llegar a oidos de Afrodita, ésta rabiosa e incrédula fue a ver al bebé y la encontró no solo viva sino rodeada de todos los Dioses del Olympo que la miraban con asombro embelesados.
-¡¡¡ES IMPOSIBLE!!!- gritaba Afrodita-
-YO LA VÍ, ESTABA PÁLIDA, FRÍA, NO RESPIRABA...-
Seguia gritando pero nadie le hacía caso.
Todos estaban absortos en la pequeña, un bebé de una gran belleza capaz de rivalizar contra la de su madre y no sentirse cohibida a su lado, los rasgos mortecinos heredados de su padre le daban una belleza diferente a la de su madre pero hermosa al fin y al cabo, piel tan pálida, azulada y fría que si no fuera porque tenía sus enormes y plateados ojos abiertos creerían que estaba muerta, su respiración era muy lenta y casi imperceptible pero ahí estaba.
-¡¡¡IMPOSIBLE!!!-
-Es posible, sólo estaba dormida. Por sus rasgos pensabas que estaba muerta pero no era así, el llanto escandaloso de Hades la despertó, tiene un sueño profundo esta niña.-
Hera la diosa de los nacimientos y el matrimonio, le explicaba con regocijo y fascinación sobre las cualidades de la niña.
Afrodita convenció a Hefesto, el Dios de la forja, para que creara una daga capaz de matar a un Dios, y éste, incapaz de negarse, se la entregó.
Afrodita, encolerizada, se dirigió al bebé, decidida a darle muerte, pero Zeus la detuvo, no podía enfadarse con su hija más amada, pero tampoco podía permitir que se matara a un Dios.
Zeus, para aplacar la furia de su hija, desterró al bebé y le quitó el título de Diosa, mandándola a vivir entre humanos.Afrodita, no contenta con ese castigo, la maldijo.
-AUNQUE SIN TÍTULO SIGAS GOZANDO DE LOS BENEFICIOS DE LOS DIOSES, INMORTALIDAD Y PODERES SOBREHUMANOS, TUS DESCENDIENTES NO CORRERÁN TU MISMA SUERTE. SERÁN INFERIORES A LA CATEGORIA DE UN SEMIDIOS.
SÍ, SERÁN CASI INMORTALES Y MÁS FUERTES QUE LOS HUMANOS ORDINARIOS, ¡PERO HALLARÁN LA MUERTE! ¡YO MISMA ME ENCARGARÉ DE QUE ASÍ SEA! Y TÚ, COMPLETAMENTE INMORTAL, LLORARÁS SU PÉRDIDA, Y LA ÚNICA MANERA DE APACIGUAR EL DOLOR SERÁ DURMIENDO, PERO SI DUERMES ¡¡TODOS TUS DESCENDIENTES MORIRAN!!
Afrodita, ya algo satisfecha, convenció a Apolo, Dios del sol, para que vigilara el mundo humano mientras paseaba su carro por el cielo, y así los descendientes del bebé fueran encontrados y matados por la misma Afrodita.
Por ello sus descendientes se ocultan en las sombras de la noche donde la Diosa de la noche Nix los oculta y protege.Al ser menos que un semidios necesitan la fuerza vital de otros para vivir y por ello beben sangre en vez de néctar y ambrosía...